ADRIAN VALDES MONTALVAN

Curriculum vitae

Cuadernos de poesía: "Afasia"; "Veinte poemas para no afeitarse".

DEL CUADERNO DE POESIA: "AFASIA"
 
ADOLESCIENDO
 
I
La mejilla que ha fugado,
retorno del aliento al imperio del polvo.
Ver desierto el sillón y usted el retrato.
Crecer, también esto:
infinito y temor, el ejercicio
de irnos quedando solos.
 
II
 
La infancia no es el país
donde mirar atrás florece siempre:
Abuela en su jardín y las gaviotas,
revoloteando mis castillos
de arena, se salvan
 
III
 
La noche se estira como un gato.
El hijo pródigo en el vano de la puerta,
así como San Francisco amansó al lobo.
Así el tiempo es la cordura
y el perdón, siempre el perdón.
 
IV
 
En esta casa:
puntal como telarañas, ombligo como el mundo,
solamente la no mujer
y solo
 
SER, SENTIR, SABER
 
Ser, una bola de billar pensando al jugador.
Sentir, que el mundo sería mejor si tú estuvieras.
Saber, que una bola de billar no decide las jugadas.
 
IRLANDA
 
Estas semanas de miedo
pero la sangre despeja el nublado de los buitres.
No es el beso el amargor ni el luto en el brocal.
Entiendo: no viajaré esas naves con velas amarillas.
Pero entiendo también: la agonía es un fin.
 
BASHO Y EL TIGRE
 
Se regocija en tu vientre la luz de las persianas.
Un animal rayado
sobre el lecho, duerme.
Un fuego y un cigarro en el humo que te pierdo.
Queda el verso de Basho y este ciruelo, tanto.
En la estación los pasajeros.
El escritorio una nota.
Encima, el libro de Haiku
 
CASANDRA Y LOS ARQUIPTEROS
 
La luz del matadero y los insectos:
se han lanzado a sus dominios pero es la muerte.
Un arquíptero, no puedo
negar mi naturaleza.
Casandra fue el silencio
siempre
 
MUEBLES
 
Sopor del analista en el estío:
inodoro y pecera
el mismo mueble
 
THE COMMON SENSE, THE COMMON BALL.
 
Una pelota
cayó sobre mi cabeza.
No recuerdo ningún parque.
No recuerdo a Dylan Thomas.
Pero juro ser amigo de los murciélagos y el no viento
y sólo la gravedad
me impide que los imite.
El plenilunio sería
ideal para dormir de cabeza
pero el techo está más lejos que el sentido común
 
HEMORROIDES
 
Recordar lo inasible:
el deseo se me posa como un adverbio en la espalda.
Graznido y arsenal,
te apoderas de mi oreja
y ya no queda más alternativa:
Hacer que el dolor sufra,
periódicamente,
bañitos de asiento y calma.
Aplicar alguna crema en la zona
y esperar a que regreses
a tu lugar
putica
 
EL PENULTIMO EXPERIMENTO DE PAVLOV
 
Desde tú
la cornisa es una hermana menor
del suelo.
Sé que no fue un error tampoco Malthus,
los noticieros me divierten, los pongo a todo volumen.
Los Balcanes y Bangla Desh
son puntos equidistantes.
Soy envidia de Dalí en su paranoia.
Cuando estás
soy el penúltimo experimento de Pavlov,
soy saliva
 
PANDEMONIUM
 
Ha venido oscureciendo
a establecer sus tiendas junto a mis posesiones.
Mujer de ubres como el mundo, pasión del taxidermista,
en su vagina podrían caber todos los pozos del Golfo.
El rubor es un síntoma
que ignora. Una llave de cristal.
Es por eso que todo se abre y el templo es una ruina
si ella pasa.
La ingravidez y el piso son contrarios
pero los huesos de mis alas ya no son levedades.
Muchos años, muchos besos atrás
lo hubieran sido
 
AFASIA
 
La nieve
me habrá de herir como me hieren tus ojos,
los desechos radiactivos y los aviones,
como me hieren los siniestros y los derechos,
como se hiela mi sangre y todo el páncreas.
Me duele,
no hay mayor ortopedia que un diccionario
un perro atento a la voz de una vitrola
una nariz que decrece en pesimismos
una coriza y esto.
¿sabes?
no tiene sentido, sólo cuerpo.
La tierra tiembla y la semiótica me inquieta.
La tierra cede y se persigna algún desastre.
Dignificarlo todo, ignifugarlo todo.
Pero.
adivina porque es fácil,
también la ignorancia
me duele inconsolable.
Sería magnífico templarte a fuego lento.
El acero es la daga, el vaticinio,
hasta que el séptimo de los sellos se libere.
Algo así como un fin, algo así como un algo
que descienda sobre el mundo en el siguiente
destruyendo lo que queda, destruyendo
 
ESPELEOLOGIA*
 
Porque el ojo de tu culo es tan perverso
como la espeleología y los hallazgos
es fuerza adentrarse,
estalagmita deshaciéndose en la punta,
a pesar de que tu vulva se desdoble en paralelos
o tu boca desmenuce condenas contra natura.
Aunque no sea París este tango y los anfibios
prescindan de analgésicos, disfruta como un ángel que disiente
desenroscando mis testículos del pubis,
obsequiando un bandoneón de saliva a tus entrañas.
Yo secuestro tu placer y en él me pierdo.
Esta puerta,
la ultredad y el desconsuelo me acompañan.
Mi sonrisa es por la astucia de tus pliegues.
Rompe, pierde
su ceguera y al incendio
van faltándome, mordiéndome las llamas,
devorándome la noche.
Es mi voz en el abismo, acompaña tu lujuria.
Mi irrupción es mi sedante, mi optimismo no es
mi alivio
 
GOTTFRIED WILHELM LEIBNIZ ES UNA AMETRALLADORA QUE DISPARA AL REVES Y NUNCA CESA
 
Al universo le falta un tornillo
y otro a Leibniz.
El ozono es una grieta entre tus piernas
y es que crece una alfombra con que sueño,
donde pasta el minotauro y cornamenta
los aplausos.
Tu amor horario de oficina y libaciones
el perro descamado y la corista
tu amor triple sentido y ejercicios secretos
tu amor el té a las seis
la galletica de crema para mojar entre las lágrimas
tu amor ametralladora
una máquina de escribir y un gato pardo.
Tu amor y los otros.
Ocurre algunos días.
El resto, no
por suerte.
Ginocéfalos vuelven a andar entre las carnes.
Sólo calma el dolor
un fármaco y muchas dosis.
Entre todos los espectros el tuyo es soprano.
Me corta el aire este virus, me inflama de endopatía
porque sentarme junto al mar es copular con las sirenas.
Nadie me espera, no soy Ulises,
y ningún sitio...
Las palabras del hechizo
son tan mías como tú que ya no
lo eres, pero tu alfombra es un evangelio que perdura.
Sólo sobre mí el aguacero y la punzada.
Puedo hacerme propietario de muchos cuerpos,
marcarlos con el hierro como cabezas de ganado.
Señora reloj de arena,
arena que me quiebras el cristal.
Cristal pacífico
como las bombas y el pudor de las señoras,
tengo urgencia de usted junto al ombligo
y un poco más abajo
y un poco más
abajo
 
EQUIPAJE
 
El pluviómetro un corsé, la cortina un candelabro.
Dos mujeres se besan ante mis ojos.
Una onza y otra onza, estereoscopio,
se besan sobre mi lengua, bajo mi esperma se besan.
El latido de mis dientes les sonríe
pues ya pueden alcanzarme sus lenguas de megaterio.
El placer es cualquier cosa menos fósil.
En la escalera de incendios la tierra es baldía.
El bogavante se hizo a un lado,
el compresor en cada lóbulo
rechina
Yo, que nací de un huerto sin fronteras ni dioses
esbozo profandad en el hipogastrio,
disfrazándome de mástil donde izar el vellamen.
Gemido entre las vísceras,
gemido electrodoméstico,
penumbra cariciosa y caricia ella misma.
Aquí no tiene la metafísica un embargo.
Más de algún conocido mover la cabeza.
Derecha:
horizonte que navega en el pecado.
Izquierda:
barrunto que excomulga las licencias
La columna, en cada nido, es un candil y convulsiona.
Esta onza que devora a su espejo, es la belleza.
Mi cerebro, el mistagogo, no explosiona.
Engranaje es una mueca y el retablo
junto al maullido de Elliot por las tardes,
y la madre y el deseo
de la madre, su equipaje
 
NO, YO NO ESTUVE EN LAS TRINCHERAS JUNTO A GUILLAUME APOLLINAIRE*
 
Mujer bicarbonato mujer glucosa
desabróchate las manos frente al espejo.
Me sonrío
descabellando tus dedos, frente al espejo tiemblo,
coraza y un graffitti
gravitándome la córnea en tus pezones.
La subversión reinventa manifiestos.
No, yo no estuve en las trincheras junto a Guillaume Apollinaire
cabalgo tus violencias sin aliento,
el pudor es un logos que no marca entre los dardos.
Sin aliento tanta euforia de candil
libando el néctar en tus bragas,
sin aliento los latidos,
la eufonía sin aliento.
He llegado amanecer
las ruinas, la ciudad y el peregrino
saludando.
Un embrague en cada elipse,
cada trazo es una hoguera.
Me voy ferrocarril
un punto el iris, donde un ángel
cuando surca el golpe el peso tu estrechez
y el alivio.
Un teléfono que Dios
afortunadamente
no contesta
 
ANALISIS
 
Yo solo tengo el desierto y no es una parábola
analítico anárquico aplanado
anacoreta anatemático analéptico
anagramático anacrónico y análogo
anaquel anaranjado anacoluto
anamorfósico anatómico analecta
anal.
En cana
sin una cana
como una rana
como badana sin la banana en primera plana
como una anciana como su hermana o como una enana
una campana de porcelana nada cristiana
casi fontana menos manzana y algo hortelana
una membrana tras las persianas cada semana
bebo tisana tú mi villana mi cruel tirana
me da la gana no doy la aduana ni oigo la diana
con tantas ganas en caravanas casi paganas
también mundanas algo livianas pero tempranas
un poco ufanas por lo profanas cuando desgranas
así tú emanas nunca subsanas
aunque engalanas.
Mi querida Ana,
tienes cincuenta y una razones para anarte.
Yo sólo tengo el desierto,
el estoicismo de Hierocles
y la duda y la esperanza
de tus ojos
 
UN AZUL Y OTRO AZUL Y UNA CELADA
 
Hasta el tuétano trinomio soy poseso de humedades.
Siempre ocurre que el océano
me tiende una celada,
asiéndome en la nuca como un verbo,
un batiscafo
tan cerca de los peces y del ultramarino,
tan lejos de los botes
y las brújulas.
El quintoeco de tu esencia
es donde empiezan los horizontes de vértigo.
Es por eso esta botella al mar como quien teje,
con una vara de ciego,
escrituras en la noche,
cuando un azul y otro azul
lo son tan inmensamente
 
CAYENDO
 
En el límite del mar
es el otro, no yo
ni este turquesa donde imploto,
circunciso mi carne del estigma.
He rondado el paroxismo, casi un diario
este fénix este acorde que reciclo en mi impotencia,
arrastrando el desaliento donde cabe.
Desvarío de folklores y egotismo,
testimonio donde aún el genocidio no es nostalgia:
un hombre, sea su pan bajo el brazo.
La epopeya es la bonanza de esta tarde y de todas.
No es temblor en la columna porque un hombre
alucine de inocencia:
se está cayendo
cayendo
cayendo.
Cayendo está la tarde
y no apareces
 
LA EROSION Y OTRAS TERNEZAS
 
Por los días de los siglos padezco insomnio,
un hueso de monogamia atraviesa mi intestino.
Es por eso que, a veces, en el baño
me demoro.
Conozco estalactitas que padecen de vértigo.
No confío al heliocentrismo mis certezas,
optimismo que evaporas
como el agua del Sahara y el resto de los muchachos.
La rosa de Rilke se disecó entre mis manos.
Con sus pétalos de cera
puedo armar un ladrido,
eyacular sobre el clítoris de un ave.
Sí, porque la venganza es inútil
pero el color de sus mejillas
 
RAINS
 
Porque desde aquel eclipse mi letra es pasto de tu ego,
mi bellísima rumiante,
siempre me lloro en la lluvia.
Yo también
soy solidario con toda la ceniza,
coloco un nido en cada punta y gotera.
Tengo algo así como doscientos
millones de kilómetros
de nostalgia.
La nostalgia, ah, la nostalgia,
es más cruel que cualquier primavera
pero la muerte lo es más que todas las posibles.
La lluvia es tan fría, pongamos, como la muerte.
La lluvia lo es tanto,
o más, que todo olvido
y llueve
 
TREINTA Y SEIS VISTAS DEL MONTE FUJI
 
Quedamos tú y yo, luz que subviertes mi memoria.
La ola de Hokusai nos seduce a ser en ella.
Cada porción de tu cuerpo es una vista del monte Fuji.
Tus piernas, un lepidóptero hasta mi espalda,
un cigarro y un no vestido.
Que te amarre - dices - que aventure
el placer donde me tientas la epiglosis.
Quedo yo
un cigarro y un vestido y un dolor
donde los pétalos crujen y el mar en calma.
Si pudiera ser Orfeo
en regocijo y no llorar
la saudade por las tardes y las noches que no son
ni tener frío
 
POEMA ZOOLOGICO Y UN DISPARO EN SARAJEVO
 
Las mujeres
son animales muy caros.
Ya ves, el Rinoceronte se marchó de esta ventana
donde me salva el calendario y un tercer aire.
Que yo pueda
sentir el hormiguero en mis mejillas
y ditirambo sea la palabra que me enferma.
Me enfermo casi hasta morir, hasta llorar gatos y perros.
Un ciego bebe en Estambul por la derrota de los Persas,
una mortaja de olivos, una pecera ardiendo.
La realidad es una ventana y ordenadores,
una tecla que se oprime o un ratón que se pulsa.
Dime
si esto no es lo que esperabas.
Soy un zoológico de afectos y requiebros,
sobre la espalda de mi amante tomo el néctar
que extirpó en su bostezo Schopenhauer.
Donde ayer crecía un cetro y el himenóptero danzaba
he fabricado un registro y una frase.
Cuando no, como una vaca en disciplina,
mi apéndice predilecto pierde moscas y faunos.
Gentileza: me levanto de dientes, me cepillo las mañanas.
Sufro caries, sin embargo, y adicción a la glucosa,
juego todo lo que tengo a los caballos con marca.
Amarizo en cada seno,
cada pezón, cada mujer es la Venus de Willhendorf
porque la bruja de las nieves, la recuerdo,
me ha raptado el miocardio en su trineo salvaje.
Cosió un adiós a mi pecho con sus hilos y el fuego
y su aguja y su cristal y sus ojos y el vasto.
Me queda una esperanza como un breviario,
un disparo en Sarajevo o las memorias de Oppenheimer.
Yo no soy el exégeta que exime ni culpa.
Si muriera
antes de despertar
es posible que avestruces me mostraran su esfínter
pero vivir es seguro que recobrara el sentido.
No habría de estornudar la porcelana de ilusiones,
las ballenas no vendrían al salitre
a entregarle su agonía a los depredadores.
Siempre ocurre un personaje
con leontina y mucha prisa,
un habitante del desierto reciclando
la ventisca
 
VERFREMDUNG
 
Esta noche, como todas las noches,
pero más que todas las noches,
aspiradora y fuerza, pandemonium mujer que es todas las mujeres.
Visita que se invoca pero siempre la pérdida
rodando al horizonte, en mi memoria y en el viento.
Abismo taxidermia donde desnudan los ciegos,
donde el suicida hace su número escrupulosamente,
saliva de los perros que se expande, deshaciendo
toda predilección que huela a inmunidades.
No, no es un juguete eso que ves al sur de mi ombligo.
Bájame el llanto entre las piernas
donde pronuncio
hoja y árbol cuchillo, papel donde blasfemo,
lecho y carne, miembro y muere.
Me arrastra hacia la altura, ingravidez
hasta ese punto
tan cerca de la luz, promiscuidad donde confluyen
los amantes sobre un iceberg.
Sí, existe un epitafio en cada nexo
de dolor e inmediatez, existe un epitafio.
Sí, la condena es otra cosa.
Es mi cabeza roja como la nieve.
Es mi cabeza golpes, y blancura de sangre
explorando embistiendo naufragando
viviendo siempre
muriendo a veces resucitando.
Soy un muñeco de esperma en el viento del deshielo
 
WINTERTIME
 
Invierno
como Joplin punto Janis en el fichero.
Un colmillo, una estación que nos devuelve
el graznido y el cristal en la vendimia.
Devuélvete
botella de Leyden, devuélveme la boya y los cimientos.
No es el calor que se trenza con los brazos,
geopolítica y sexo atravesándome la horquilla.
Un alero en comunión sobre la aldaba y cobertizo.
Padezco de capirotes, de ecolalia y de ungúentos,
pronuncio sin error: otorrinolaringólogo,
un eclipse en cada ojo, una barrena y espinacas.
Soy Juan en Patmos y veo el Apocalipsis:
inscribe la perversión que va signando el Averno,
aversión, adversidad, escriba en el sepulcro
y el enebro en el Atlante.
Broca escarcha
exégesis y cuenco,
eutanasia para el viento y anzuelo a las monedas
aguamanil y aguafuerte,
hipotenusa
 
ZEPPELINES
 
Un grial que no encuentro en la pesquisa,
confidencia: un castillo en la estratósfera.
Tengo una excreta en la retina y una punzada al sur,
ese país en el que nunca
vertebraron los herreros una llave y un alisio.
Retornarán
y el olvido ser muerte este presagio
porque fiebre es de algo más que zeppelines.
Se adelanta el palafrenero
a degollarme escatologías y ternezas.
Voy llorando sin mostacho junto al corcel, los azotes.
Ya no paro de hablar,
vendo condones de mercurio en Budapest.
Una termita es casi un globo y se despide.
Como si toda la letra no fuese una convención
justo al oeste del Edén,
mis labios armonizan con la tormenta.
Mi cuerpo es una grieta en la cultura
¿Qué podr n decir ahora los doctores,
los pajarracos que destrozan las almohadas,
si mi cuerpo es una grieta pero además un enano,
un niño de pies que tuercen y una bandera
de carne, de cenizas y de huesos,
una inyección en las venas
y una fogata?
 
ASTROLABIO
 
La tarde está soltándome
esos pájaros en mi lengua.
Secreción de la brizna, homeopatía,
conferencia de paz y un astrolabio.
La salamandra ha atravesado mi cabeza,
un escarpe monosílabo y tangente.
Anida entre su pelo, Dante Gabriel Rosetti,
una dama en si bemol, un albur y un badajo.
Una campana
el beso a Beatriz después del Purgatorio,
sangrándome en canal, en celada, en celosía.
Quise decir en un poema que la amaba
pero vi la traición en metáforas y puertas,
bajeles en que voy
y surco los exilios.
Laberintos que se expanden, lubrican ensoñaciones.
No era el Bosco un baobab, tampoco las delicias.
He tatuado en mis párpados
la noche en que le entrego
mi ceniza y mi garganta
hasta la lengua
 
PROPIEDADES
 
Yo vi morir un mundo nuevo.
Mis medallas inexisten y me atan al cad ver.
Alguna vez
quise morir
como Amadís de Gaula en Bahía de Cochinos,
morir,
en el recuerdo de los otros, perdurar.
Recuerdo y más:
mi burbuja en reverencias, me agota la gimnasia
entonces
mi casa era la casa de todos,
la sociedad de todos me lo daba
todo
me lo daban también mis padres
y yo ignoraba
todo
lo demás vino después
cuando la vida comenzó a contener violencia,
sexo,
y lenguaje de adultos.
Quisiera
un inmueble, vista al mar,
una mujer, comprensión y una amante,
un trabajo y aprender
a tocar saxo,
y un perro tal vez
para cuidar las propiedades.
 
DINOSAURIOS
 
Era entonces que cambiábamos el mundo.
Nunca fue.
Me duelen esos años de adolescer adolesciendo adolescente.
La cofradía es la memoria
pero crecer resulta un poco de la amnesia.
Sólo estos días de sentarse y desandar el desapego,
sólo estos días...
tenía un fusil de repeticiones y una moneda
un filtro y un laberinto
un uniforme.
Todo algoritmo era un odio y me saltaba los charcos.
Si me encuentro un Dinosaurio siempre escucho su consejo.

DEL POEMARIO: "VEINTE POEMAS PARA NO AFEITARSE"

I
 
Si arrastro la vergüenza de haber sido
fragmento adolescente del iluso,
agonía de ese cisne que yo acuso
en las aguas procelosas imbuido,
si quebranto infinito, ave sin nido,
tierna fauna volando su reclamo,
el naufragio de quimeras que yo amo
fuerza el ojo al dolor, muda el sentido.
El inútil sendero que se olvida
es la mueca que teje el ya no ser,
llama, invoca un abismo, una mujer.
La nube tantas veces recorrida,
es verbo que lapida el optimismo,
una eterna estación, siempre lo mismo
 
II
 
Ella tenía dos cuernos en el vientre
y una breve sonrisa erosionada.
Flor vetusta, tañida por un hada,
violentando un favor: que no me encuentre,
me seduzca y sutil se tienda luego,
bostezando un aullido su regazo.
Inundaba mi piel, ternura y lazo,
implacable rumor, naciente fuego.
Ella tenía unos glúteos envidiables
y una concha que se abría, inseparable.
Su interior sobresalía por lo abrupto.
Su pelo era violencia de las manos.
Su espuma, la nostalgia del balano.
Yo era un torpe escolar, algo corrupto
 
III
 
Yo te vi, profanando el empedrado,
casi hojeando tristezas de un estante.
Las gaviotas vagaban cada instante.
Un ángel se posó y quedé avisado.
De esta suerte vibraron viejas calles
que Cronos ha cebado en su venganza.
Vas trocando tu reino de esperanzas.
Yo rescato el infierno y los detalles.
Mientras sorda la jauría se desboca:
blasfemar convicciones y desastres.
Yo te beso en memoria de ese cielo
como rompe el mar, el muro y en tu boca
va un pincel que no muere de su lastre
mientras rompe coraza su deshielo
 
IV
 
Esparce la humedad su fértil manto
de espuma hasta tu cuerpo. El intervalo
de tu sexo es lujuria. Siempre el falo.
Si es bocado de ti lo inunda el llanto
que tu garganta vierte en convulsiones
y espasmos que me entregas. Apacible
proscripción de toda ancla por punible
mordaza y sinrazón de variaciones.
Yo puedo prescindir de la perjura
esbeltez de tu costilla y el Eterno.
Volver a ser el otro y ser yo mismo
a la vez, consumado en tus honduras.
Mujer, cálida lluvia en este invierno.
Padecer vocación: el cataclismo
 
V
 
El rencor de mis años, silencioso,
se agazapa sutil en cualquier hoja.
Es el canto violento que te enoja,
es el renglón que saltas, presuroso.
Y si buscas todavía amables glosas
en tan pérfido azogue, mi alma oscura
es un verbo infeliz que se apresura
por borrarte cabeza y mariposas.
No me lances estigma de esta suerte.
Consagrada la vida por la muerte,
es voraz segador el analecta.
Ha inventado el reloj y cada mano
que ha escogido la arena, y cada grano
de esta senda y virtud casi perfecta.
 
VI
 
Ella dilapidaba su textura.
Víbrame el fatuo candil, cede la huella:
la nota que faltaba en la botella.
Me quedaba la nube, la pavura.
Desvariando invoqué el escepticismo,
contrastaba con vanidad feliz.
Fe y razón de inmolarse en el barniz,
no era mueca todavía el optimismo
ni el amor fantaseaba. Sólo seda
al misógino en farsa, no sabiendo
que incauto está brocando el lastimado.
La víscera es volver, toque de queda.
Clava en ella los hilos, confundiendo
acertijos de un miocardio y halagado
 
VII
 
Viajo ebrio, cercenada mi coraza.
Quiz sea como decíamos ayer:
seduce lo brumoso del placer.
Nada soy, ni este trofeo de la caza
murmurado entre sombras y de noche,
sin grosor la semilla es de ceniza,
el rencor es moneda y mucha prisa,
ruptura es luego posesión, reproche,
y me nace, sutil, la palabrota,
como ante el verbo trascender estalla.
Juego estéril, patético resuma
en la orilla del mar, verde gaviota,
confundiéndoseme néctar que no ensaya
y sentado en mis ojos, bebe y fuma
 
VIII
 
Mi sexo sobrevive a los naufragios
de la piel. Las sirenas me han besado,
pero no cantan ya. Todo ha pasado.
Mi soledad se olvida de presagios.
Se olvida de sí misma pero a ratos
la vida es sobrevida y yo me muero
en la muerte que muero y sobremuero.
Viene un ángel, me escarba los estratos
del placer más remoto. Me habla. Mudo,
mi corazón simula un dirigible.
Estoy solo, aprehendiendo lo que queda.
Tentación que soporto. Nunca acudo.
La nostalgia es habitable y es sufrible
el asceta ingrediente que te veda
 
IX
 
Imagina explosión que no se acalle,
que libere toda la ira del mundo
en el más bello instante, el más profundo
abismo ingobernable de algún valle.
Imagínate instinto sin razones,
proscribiendo del cielo grises nubes.
Imagínate arcángel o querube
desbrozando violento las canciones.
Créeme entonces, mujer, si así te digo
que a mis ansias también poda cordura
y que enfermo de deseos reprimidos:
ver inerte yacer a mi enemigo.
Pero poco nos salva la locura
y vivo en la impotencia contenido
 
X
 
Ven, tu cuerpo lento como la noche
Enigma mis huesos, mi carne y espejo
Recibe mi inocencia, los reflejos
Oriundos de mi sed que no es reproche.
Negándote coartada, estriba cielo
Infinito en los nudos, sangre pura
Cabálgame, vellón de tu juntura.
Abrete, gata, envuélveme en tu celo.
Sé razón de un sombrero de milagros,
el alud de mis arterias y su huella.
Yo te ofrezco una arena, un mar que embiste,
una isla artificial que te consagro
si no basta la punta de una estrella,
mis huesos y la piel que siempre viste
 
XI
 
¿Viste anoche llover de Dios las ubres?
¿O es mi voz que está llorando por irse,
por llenarse de velas, por vestirse
de ausencia en la región más insalubre?
¿No notaste una señal en el cielo?
Era yo que invocaba las ternuras,
esos raros paraísos sin molduras
evocadas por la sangre. Y este velo
es la sombra que me ronda y que me ata,
sordo al mástil. La espuma me remata.
Inclemente conjuro el desapego
vigilándome el ángel, la otredad.
La avaricia es cercana y breve edad
retorciendo las penumbras de mi ego
 
XII
 
Y búscame si el azar no te basta.
Desanda los caminos de premura,
la magia, si en tus ojos aún perdura
intacta por la lluvia breve y casta.
No me condenes, polvo en el espejo.
Invoca esa canción que brota en vano,
instrumento al latir, verbo profano.
Me implica en su virtud desde lo lejos.
Varado está el rumor en los abismos.
Cada golpe en tu pelo, cada sismo
desnudándome el beso iconoclasta,
va y me impide sufrir. De cualquier modo
está el brillo que no muere y eso es todo
lo que buscas, si el azar no te basta
 
XIII
 
Algo así como darte yo las gracias
y no es una impostura en la mejilla,
la ironía no es un bote ni una silla
de agradecer no recordarte. Espacias
el asombro, y el conejo es un extraño
ardor en tu febril anatomía.
Sin perfume luctuoso el alma mía
es un beso en los ojos. Va sin daño,
sin quebranto en las noches rebasadas,
ni mordida de lobo junto al hueso.
Ya los músculos se desentumieron
y el deseo no es un pan en rebanadas.
Mayor de los tributos sea por eso
a esos vinos que así, nos confundieron
 
XIV
 
Puedo ser: estrategia de las rosas,
una espina hasta tus ojos, distraída.
Sucumbe en tu fulgor, ala perdida.
Desánimo es el punto que me acosas.
Yo no excomulgaré lo que te presta
en tu alma el fruto vil. Desasosiego
que excusa no ser , va ardiendo el fuego
que está en tu vientre. Me hace bien. Me cuesta
asir de ignota tierra, probidad
y ahora, está tu carne y me diluye. Creo
que Dios nació un día en que yo estaba enfermo.
Renazco en la blasfema epicidad
del orgasmo en el que asciendo. Entonces veo
que lejos de tu vulva todo es yermo
 
XV
 
Amor mío: vendrán deshollinadores
a limpiarte ceniza de los ojos.
Será el borde, tu blusa. Siempre rojo
tendrá constelación con los temblores.
Siempre habrá la certeza. Siempre el filo
de tijeras será como tus piernas:
visible manicomio donde internas
fragmento de razón que acecha en vilo,
el ácido licor de tus tristezas,
esa luz donde no se vio ninguno
y la perversa marea que te labras.
Sé el recuerdo que cuelga en tu cabeza
y recuerda: vendrán los oportunos
hacedores de olvido: no les abras
 
XVI
 
Por pedirle yo a mi alma que te alcance
he dejado, mujer, abierto el pecho,
desangrar el corazón. Cada lecho
ya me es algo que en paz nunca descanse.
Confúndeseme todo con amante.
La caricia en mi espalda es la zozobra
de algún adverso viento que me cobras,
invocándome el labio lo tremante
que hace el nido en pulmones de doncella,
que he cantado en la penumbra y en tu aliento.
Grieta blanda y rosada, recelosa.
Vasta ardilla, la voz que me degüella
es arrullo que pena el sentimiento.
Absorto en mi rencor, cultivo rosas
 
XVII
 
Desbroza los senderos, retornar
desandando tu cuerpo en cada grieta,
el callado lamento que te aprietas
en tu fuego, mi amor, al recordar.
El poema que lancé junto al abismo
va por ti, por tu cuerpo, se incinera.
Es flor, difunto convertido en cera
y mi voz que claudica al espejismo.
Detrás el muro, el sol, la voz que canta.
El ave es un indicio en la garganta,
toma el tacto, caricia de mis manos.
Yo moriré un día de frío o cualquier cosa.
La historia que inventamos fértil posa,
se demora en tus muslos casi hermanos
 
XVIII
 
Se tendió y el piso era un vecino. El techo
lo fue siempre y colmó con la palabra
donde el más negro cielo muros labra.
Sordo, cómplice humor iba en mi pecho.
En el vivo paisaje de la muerte,
desnudo entre las sábanas, jadeaba.
Era el miedo a seguirla quien me ataba
y extirpó tentación de ser inerte.
Cansado de-venir, mi muslo roza,
condena una matriz o la destroza.
La vulva desespera la llegada.
Aún conservo sus marcas en la piel.
Frenética danzaba en su vergel
la más fúnebre paz de toda almohada
 
XIX
 
Angela: diamantes y tragaluces
son avispas no perversas en ósmosis.
Presencia ausente en ti, benigna dosis
que inyecto a las caricias que traduces
porque sólo para eso abre la boca
del tiempo mi reloj, no su impostura,
demencia de este cuerpo que se apura
a beber en el viento que me tocas
y no en las nieves del olvido. Tanto
como nubes tus pechos, diminutos.
Mi lengua es una lluvia y sin-razón
se desea dilatar cada minuto.
Si yo tuviera voz y un corazón,
no un beso ni esta flor que nunca espanto..
 
XX
 
Tú, que puedes volver sobre tus pasos,
que ignoras todo adiós irreversible
y la arena fatal, esa invisible
progresión que destruye humanos lazos.
Tú, que bien puedes reír cuando el amante
es promesa de amor y eternidades
porque ves qué destreza las edades
le brindan al descuido y lo mutante.
Tú, que no existes o que sólo lo haces
para mostrar-me espejo de lo leve,
dime dónde dejé mi alma olvidada,
en cuál de esos momentos tan fugaces
en que no me aparecía algo tan breve.
Devuélveme a ese tiempo y su morada.

CURRICULUM VITAE
 
NOMBRE Y APELLIDOS: Adrián Valdés Montalván.
FECHA Y LUGAR DE NACIMIENTO: Ciudad de La Habana, 1972
Graduado de la escuela Elemental de Artes Plasticas"Paulita Concepción", graduado de la Escuela "San Alejandro" como Pintor, Dibujante y Profesor de Pintura y Dibujo.
Trabaja en un Proyecto de Performance Ilustrado.
Ha realizado ilustraciones para la Editorial Ciencias Sociales en CUBA; parte de sus trabajos como artista plastico y escritor han sido publicados en Plaquettes y Plegables Promocionales por el Banco de Ideas Z. CUBA
Desarrolla desde 1996 un proyecto personal de Performance Ilustrado.
Tiene realizadas varias exposiciones personales y colectivas como artista plastico.
DIRECCION PARTICULAR: San José No 157 e/ Remedios y Quiroga, Municipio 10 de Octubre, Ciudad de La Habana, CUBA. Teléfono: 99-44-98.

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