MIGUEL BENAVIDES RAMÌREZ
Cuentos: La herencia del Tungo. Petit pas de quatre.
Sinòpsis de la novela DE JONASES Y GOBELINOS.
CHICOTEADO POR EL ANSIA DE ABRIRSE A MUNDOS SIN CADENAS Y DIOSERIAS,Tungo Cadri, prìncipe de Ulkami, mantenèia compulsivamente el suicida empeño de huirse hacia lo màs lejos de depos y cañaveras. Y seguìan perros y rancheadores atravesàndosele, su existir acortàndole a fuerza de bocabajos feroces. Para Tungo, terco: por mìnimo que el chance fuera, aunque en cero andara su menearse, corrìa como aterrado venado en fuga; y en el corre corre allende el Cholona Caudoso, corre-volando se veìa, cruzando el asentamiento indio cundido de criollos, mulatos y negros apalencados; y rociado por la mirada querenciosa de su amada BaYacò, india mestiza de colonizador, se veìa ganando, al fin, uno de los secretos caminos del Gran Monte Kissimba, refugio invicto de cimarrones. De milagro invicto: sacudido a cada rato por sangrosas fajatiñas por diferencias tribàlicas y religiosas, !verracos!, mal subsistìa. Pero sueños eran no màs. Aun asì, poquiteaba el ansia de Tungo, ni siquiera el pernicioso rondeo de la Ikù, inoportuna, en figura de aurea tiñosa volando bajito, atràs de sus incansables talones. Un sueño mayor los movìa: tras plantar el Africa toda en Kissimba: reinos y tribus del lejano allà , todo el gran monte ocuparìan y en armònico entendimiento. Hermandados. Cabrona la tarea del prieto de Ulkami, pero linda tarea!
A medio sanar su latigueada humanidad, a los cortes volvìa, y volvìa èl a la carrera darse en pos de la ribera cholònica;pero una y otra vez el fuete, el palo y el cepo volvìan.
¿Y còmo es que la enmelada Ochùn, tan de amor cogida por el Tungo, tan fea desidia mantenìa ante su feo mal pasar? ¿Còmo de sus poderes no se valìa para quebrar grilletes o, al menos, suavizar cuerazos? El aparente desinterès de la santa medio lo desanimaba y medio le da espezanzas: quizàs daba chola de lado su viejo capricho de adiosarlo y hacerlo caompartir su divino lecho de agua dulce... ¿quizàs? !Ojalà! suspiraba el prìncipe exclavo, cayèndose ya libre del viejo cerco que iba Ochùn tendièndole. !Ojalà! se repetìa, pero con ilusiones muy pocas: terca era la Iyalolde a lo igual.
A los orishas mayores y menores les importa tres pitos que uno de ellos con mortales se ligara, siempre y cuando ni lipidias ni chivetas al panteòn trajera con ello. Pero el metido de Iyalolde con Tungo Cadri, carga inquietante traìa. Venteaba el santerìo todo que el nombre de Tungo Cadri, a los de Changò y Oggùn se sobreimpondrìa si la enmelada Ochùn lograba sus propòsitos. Y eso reconcomìa, sobre todo, al alafìn de la doble hacha. De ahì que Olofi, Babà mediante, aconsejara suavecito a CholaNguengue, pidièndole que andara pasito en su nuevo capricho amatorio, màs largo de la cuenta, y siguiera zalamereando a la caza de ofrendas y feligreses. Con desenfado de mulata bretera, se pelaba Ochùn la lengua y al mismìsimo Asambia respondìa con soberana torcida de ojos y chasquido de labios: tan asì de recio era el metejòn de la enmelada deidad con el negro de Ulkami.
Por ese lado, tranquila podìa dormir la orishada: demasiado amor a lo sintiente y doliente de su pellejo alentaba el prieto de Ulkami; ni en jarana soportaba la idea de verse incrustado en àmbitos sostenidos por d divas y rogaciones. Mantenìa èl tan afincado en sì el rechazo a las trascendencias, aùn cuando le mostraran el fruto de sus topetazos de amor con Chola Nguengue : La retinta Zunzùn-Cucurò, arrebujada en la cuna de flores y helechos que Osaìn le confeccionara. No cedìa èl, empero. Ni asì. Nadie del panteòn se explicaba tal emperramiento en el lucumì, precisamente cuando la vida iba escapàndosele por entre los nùmeras llagas enchumbadas en vinagre con sal; y menos comprendìan la impasibilidad de la Ochùn.
En veras, como pollona en celo rebullìase CholaNguengue; sentìa en carne propia los fuetazos que desmejoraban la suave piel de su amado negrazo. Ya iba resultàndole duro hacerse la sorda y la ciega y aguantarle la mano al Ikù, inoportuna. Hasta un dìa, cuando la querencia pudo màs: era querencia de las que salen a mares de uno y a uno vuelven intactas: la mas hermosa, por cierto. En figura de curandero mendiga, barbaro y sucio, apareciò ella una noche junto al hediondo camastro donde Tungo iba yèndose, menguante. La reconociò èl bajo el tùnico de yute y muy dura mirada le arrojò: ¿A què vienes, si nada te importa còmo desguazan a tu negro, por què te apareces Iyalolde? Me da la gana, - sacò ella despecho de donde no lo habìa -, otros me llaman y respetan, ea. Dejate de cuentos, Yamilè, vienes a seguir jorobàndome con la matraquilla de siempre. Jum, pero què negro màs salìo este, car . Dèjame, ya no te sirvo,¿no me ves?, buscate a otro que... Màs no pudo decir Tungo si no es decir el par de ayes que se le escapò: tan mal machucado estaba. Ochùn cerrò los ojos, y las manos cerrò, ganosas de recorrer el cuerpo de su prieto. Y en la vaina del que no sè si es, y del sì que no es huyeron minutos largos. Hasta que al carijo fue a dar el orgullo de ambos, èl, acunando la pasuda cabeza en el ochunesco regazo, y ella, dej ndose llevar por la compasiva terneza, el màs vero ropaje de amor, con lamidas, besos, làgrimas y la miel de su cuerpo. !Claro! Se armò entre los dos un enèsimo refocile de santerìsima altura: el hedor del barracòn cediò al perturbante aroma de la lejìa mechada de almidòn, agua de florida y vetiver. A varios de los negros desvelados se le fueron los ojos hacia la luz de irisados rayos que iluminaban el camastro por entre los que divisaban el rìtmico entrevero de los magnificos cuerpos. Obba, la siempre fiel Obba, pidiò a Oyà que protegiera la privacidad de la divina juntera. Voltereteando vertiginosamente, formò Centella un fino nuberìo que reventò en una brisa narcòtica que tumbò a los exclavos en la cueva del penùltimo sueño y les borrò toda memoria de lo que habìan pillado al azar.
Y entre las pausas, ñoñeces y arrumacos mediante, colaba Ochùn ramalazos del viejo cranque, pero quitàndoles algo de acento suasorio: la terquedad del Tungo era pètrea dagame ¿No serà - aventurò,irònica - que buscas ser santo y mortal a la vez? Solo quiero vivir, linda Iyalolde, con mi corto vivir mucho màs vivo que ustedes. Chola Nguengue se le quedò mirando, aprensiva: le convenìa dejarlo todo como estaba, no fuera a ser que el prìncipe se destapara con ciertas ideas que la amilanaban. Pero enseguida olvidò la prudencia: Anda, Noquenque lindo, decidete ya y veràs que rico es sentirse adorado por el chijerìo y ver en sus ojos el miedo, el amor, la esperanza, todo junto. Corta eso, Iyalolde, ya te dije que ni tù ni los tuyos pueden ofrecer màs que ilusiòn. Chola se picò: ¿Por què tenemos tantos años, aver so lèpero? Tunga le besò la negra mata de pelo: Ya sè que no eres nada vejiga como nuestra Zunzùn-Cucurò, pero muchos saben que van a menos los ahijados fieles, y a màs los que, aùn sospechando cuànto les deben ustedes los quiero como se quieren los lindos adornos cargados de historia y ... !Y eso tuyo:!- habìa un conato de encabronamiento con miedo en la interrupciòn de Chola - ¿Què carijo vamos a deber nosotros a los mortales? La existencia misma, linda Ochùn, sè que lo hueles desde hace tiempo, eh? Siò, siò! Chola saltò del camastro, mirò a todos lados, pero nadie oyò su grito. El barracòn dormìa profundamente. El la tomò de sus manos y la hizo mirarlo. Poco a poco se le fuè derritiendo la soberbia a la enmelada santa: la enorgullecìa ver al Tungo restablecido en toda su fuerza y hermosura. Supo que no le convencerìa esa madrugada y muchas màs: solo sacarìa de èl esas puchas de ideas que la disminuìan demasiado. Decidiò valerse del tiempo y los ahijados para lograr su colillo entronizante,y le quitò los grilletes. Ahora podràs huirte, moquenque cabezòn, lo vistiò con sedoso tùnico amarillo y blanco, cruzaràs el Cholona encima de mi cuerpo, lo calzò con sandalias que tapan la bulla del correr, atravesaràs la sàbana y las ruinas indias a buen trote, adornò sus tobillos con ajorcas doradas, llegaràs a Kissimba, el palmoso monte, le entregò un cetro incrustado de cuentas amarillas y peonìas, y subiràs a su tope montado en Centella - Adonque para que asumas la mandatura del gran palenque que allà fundaràs.
II
TAN DEL GOCE DE VIVIR AFICIONADA COMO ERA ELLA? Disfrutado y mucho habrìa con el reìr constante de los apalencados, aùn pasmados por lo tanto y tan bueno que Tungo Cadri plantado habìa en el Gran Monte. Y el orgullo la hincharìa por la copiosa mano de altares a ella dedicados en constante multiplicencia, como los kilòmetros de ginga naranja y azafràn que el mujerìo kissimbero, en detalles o por entero, vestìa. tan a los sonares rumbosos dada, como era ella, harto dunda la dejarìa el rapsòdico ajiaco de voceares, cantares y bailares por todo el Kissimba culebreando; como los mil haceres y decires de los subpalenques del Palenque-madre. El sueño que Tungo recorrerìa, pespunteando de güemileres, vuelto veras copias de angolas, camerunes, togos, sudanes, etiopìas, benines, congos, senegales, kenyas, tanganicas, azanias y màs y màs. Pero no: con amargura y rabia. Chola Nguengue contemplaba la ridente bonanza en redor; feo sentir sus entrañas reconcomìa por el chance al Tungo brindado luego de su fuga de unirse a la Mixtaca BaYacò: eso insoportaba ella, como espina en el gaznate de travès hincolecada. Se le descoyuntò el raciocinio y malvosa urdimbre fue ocurrièndosele para tan fuerte liganza destruir... tan amiga del amor como era - es ella, ¿eh? Y todo porque, pese a los seis fiñes, del prieto y la india brotados, no se cansaban de atarse corto; màs ojos, bocas y manos, a cada momento ansiaban para palparse, comerse y mirarse a la misma vez, para el uno en la otra fundirse a lo total, incansablemente dichosos, precisamente por lo inasible de tal completud.
Sin embarrgo, no mucho se daba èl al general goce de ser y vivir circundante: como a santo vivo lo adoraban muchos y se componìan orikis en burujòn con el Tungo de central figura. Aunque sabio tacto desplegò el prìncipe de Ulkami tratanto de desviar a los apalencados de tamaña fijaciòn, sobre el Gran Palenque de los Mil Pueblos pendìan el cisma entre los que al hombre tan solo veìan en el Capitàn y los que veìan al santo, fanàticos creìdos en los poderes al Tungo dados por Ochùn y la misma Nanà Burukù olòfica. Y al mentado cisma, por si poco fuera, descuido de las entradas al Palmoso Monte anunciaban la enemiga invasiòn. era el trabajo de Ochùn frutos dando, de venenosos dime - que - te - dirè inficionando el Kissimbero clima de familiòn ingente, por el prieto Capitàn tan peleadamente fracturado. Vuelta jaca dorada, puchas de cizaña regada aquì y all . Correteando alrededor del Casòn de Tungo, la jaca pirueteaba entre los miembros de la familia Capitana, mientras el Tungo se daba al preparo de la defensa del Gran Monte, ya medio invadido por la plaga colonizadora. Enamorada del animal, de su fùlgido crinaje, BaYacò la montò al pelo. Una vuelta en redor del cazòn recorriò a inocente trote; en la segunda vuelta, loco galope de pronto facturò y a la brusca manera frenò; tan a la brusca, que despedida saliò BaYacò y como muñeco de trapo rodò abajo por las escarpadas faldas del monte. Funesto lance no pillò el Tungo, ocupado en el naciente guerrear; la misma Chola, creìda de que lo pasado, sueño era, no màs, retornò el galopar entre los apalencados que se defendìan fieramente del cerco enemigo.
Para bien fue, pensò Tungo de primas ante la marcha de la contienda: la fratricida fajatiña que se incoaba poco antes entre los apalencados divididos, se volviò fraterna lucha de falange ùnica; a dar todos el pecho se dio el palenquerìo, por salvar el Palenque, no por un santo màs o menos.
Aùn dentro de su pena por la fractira de la paz que el Gran Monte sufrìa, salvaje ànimo llenaba el espìritu del Tungo durante la tremenda defensa que armar supo. Tanto fue y no fue; tanto ruido bèlico Kissimbero sobreimponièndose al enemigo que el general invasor no creìa soportar. No pudo soportar, pues contra resistencia de pueblo entero luchaba.
Creìa la linda Iyalolde que otra vez en la mano se la dejaba su prieto, cuando le llegò el terrible aullar de la prole de la pareja capitana. En balas perdidas pensò Chola, en alguna imprudencia inaudita que acabò con la vida de BaYacò pensò, pero no en algo diverso: ignoraba como la mixtaca en veras habìa fenecido. Y se le ocurriò acercar habilidosamente al Tungo a lo que BaYacò restaba yaciente. Ver esos pedazos de humanos, linda emvoltura que fue, lo hizo arrodillarse y con desespero gritar y gritar junto a los hijos. En ese tiempo, pudo una avanzadilla capturar al Tungo mansamente y en cadenas ponerlo. El general mostrò al Capitàn del gran Palenque como trofeo viviente. Pero lo que esperaba no se diò: renuevo del empecinamiento por parte de los apalencados alejò la ansiada rendiciòn. Tanto, que la mayor parte de los invasores abandonò el Gran Monte a la procura de esfuerzos.
III
EN LA VAINA DE LA TRANSFIGURADERA, OCHUN SEGUIA CUANDO MUY POCO AL TUNGO le quedaba de resuello. con las apariencias de soldado continental en las mazmorras del fortìn se apareciò y al prieto pillò, inùtilmente debatiendose, tan asì de fuertemente lo ataron. La reconociò èl enseguida, vea què; pese al tremendo aluviòn de insultos y maldiciones que le disparaba Chola fuè acercàndosele en su real forma y figura para los demàs invisible. Difìcil le fue la violenta descarga soportar. Barbaridades ronco - bramaba el vencido Capitàn de Kissimba, tan zahirientes, que la Chola, muy chiquita ponìase. Ella dejò caer a la sutil manera lo del inminente descuajaringue del Palenque de los mil pueblos. Y todo por tu culpa ser , moquenque, si caso no me haces. Piensa en la de adoradores en burujòn que ya tenìa sin entronizado estar. Y pensò èl, pero acotejando los tèrminos de la espesa rociada que soltò a la enmelada santa, de verdades preñada. Tan ferozmente salpimentò su palabreo, que la Chola, como casi nada fue vièndose: la millonèsima parte de brizna de paja inmersa en la millonèsima parte de cagada de mosquito. Pero se repuso ella, pintàndole muy feo el inminente fenecer del Palenque y muy lindo el resurgir de un Kissimba poderoso, por los hijos del Tungo y la BaYacò mandaturado. Y como a Baba Arubbù simpatizas, le pedirè que a tu diestra tu india mixtaca reine. Esto ùltimo al Tungo medio ilusionò de primas; la Ochùn, por ahì picò y picò.Linda ser la herencia que le dejaràs a tus hijos y los apalencados, moquenque mìo. Tormenta de dudares rebullìa en la mente del Capitàn; con justa decisiòn no atinaba: reconsiderar el viejo ofrecimiento de Chola a cambio de librar a los apalencados del inminente apiolamiento, o dejarse finar en cadenas, esperanzado en que bajo un nuevo Capitàn el Gran Palenque resurgirìa sin mediaciones santeras. ¿Y si el amago de cisma se vuelve cisma de veras? ¿Y si paifè paifò, y que si pailò pailè? ¿La del carijo: La enmelada santa, cuenta dàndose del ablandamiento en cierne, a la carga con su cranque volviò, engordado por el cranque de la herencia. Tanto y tanto golpear por la misma, £nica, llaga de las entendederas tùnguicas, lo suyo trajo: de arriba abajo, la cabeza meneò èl, en quemante sì. !Ay que sì! !Penas! Al instante, los cristalinos sones de marìmbulas con la guerra de la bulla se fundieron, y el ronquido de los cencerros y la retumbancia de la tamborerìa y las granujientas carcajadas de güiros, maracas y cherekès.
En tùnico blanco, de oro el ribete entero, su manzana en la mano de la dudosamente feliz Chola Nguengue y sobre la espalda de Oyà sentado, el vuelo hacia Tungo directo al trono de majagua incrustada de peonìas y mapitòs de mil colores, para èl dispuesto por el orishaje mayor del mundo de humo. Se despreciaba, ves; la pena y la deseperanza, comprimiendo iban la flaca confianza en la Neo-Kissimba prometida. Lagrimones de impotencia lo encogìan con gemidos entrecortados. Màs altura Centella alcanzaba y engordaba la ira en sordina del Tungo. Hasta que se le plantò, !uìjole!, bien plantado, su vieja tirria hacia todo lo ilusorio, !còonchale! De primas, su mano zafò de la de Iyalolde, al aire a volar puso el sedoso tùnico y los atributos: cetros, collares y ajorcas. Una herencia, dijo, tengo para los mìos, una herencia mejor. Y la fascinante cabalgadura abandonò. Como negra saeta las nubes perforò y desapareciò abajìsimo hasta ser tragado por la inabarcable morada de Yemay . !Ah, cuànto y còmo siente un hombre hombre!
Segùn Kissimberos provectos el desnudo cuerpo de Tungo Cadri hallaron entre los arenales de la playa, al pie del Gran Monte. Grande !Ahh! fue la grita. Al Gran Monte estremeciò el lloro de los hijos inicuamente orfandados.Sobre chula parihuela, el cuerpo en cueros de Tungo pues todo fue, y al tope de Kissimba llegò. Las seis parejas de mano que la parihuela sostenìan se alzaron màs y a todos paralizaron, unos en el acto de matar, otros, en de ser muertos; y pasò lo que ni Orula supo antes de pasar: empezando por Chola Nguengue, como jabonosa pompa, cada uno de los habitantes del mundo del humo, sin dejar ni asì de huella, reventò !ploj! silenciosamente.. asì como suena...
Se la presentè por chivarlo y me saliò al revès igual que el truquito que me enseñò Adela de lo que se lee lo mismo patras y palante, con lo pìcara que es Leda tengo que andar al hilo sin embargo va bien lo de Tulio conmigo, querìa ver còmo ella lo sacaba de paso, es tan experta mi prima en ridiculizar al màs pinto con sus pullas finas, se la pasa burlàndose de sus finuras y le dà por endosàrmela ¿Què se traer la muy cabrona?, pero si mi jugada se volviò un ligue fuerte, felicidades cada oveja con su pareja y Arturo no me falla, y hasta hizo que nos sentàramos tres filas màs lejos de Tulio y Adela, se ve que est puesta pa mi cartòn com-ple-ti-ca, a lo mejor ya èl se atreviò a echarle el brazo por arriba como Arturo, conmigo està bien, "¿¿Què andas escribiendo ahì, Leda?", valga que con decirle "nada" se conforma, èl no le pone asunto a mis loqueras y que es difìcil armar uno mejor que el SOL O SOLOS que le mandè hace diez dìas, todavìa no estoy seguro de que se le pasò el culillo de los papelitos como el SOL O SOLOS que pasò por debajo de la puerta cuando me quitaban la venda del tobillo, cada vez que me acuerdo de la caìda verraca que me fastidiò el viaje al Escambray con las ganas que tenìa de ir y Leda tambièn que es una bàrbara en eso de subir y bajar lomas, pero ella se borrò de la lista y no fue aunque la admitieron, no fue !claro! no querìa dejar solito a Arturo, "¿Por què miras tanto para allà abajo?", no se le va una, carà, "no en Art... digo en la vez que Leda presentò, "¿te acuerdas?", "si, parece que mi prima tiene buen ojo para juntar soledades", habla bonito, sì y no es como Leda que suelta coños y carajos a cada segundo, tan lejos que està Filologìa de Geografìa, acà en Alamar y Adela lleva cuatro viajes para empatarse con Tulio le picò duro... ¿a los dos?, lo que me pica es su afàn de hacerme pasar por un cretino inculto de esos disparates que me manda espero que ahora no..."eh,Tulio, te mandan esto de allà abajo", !ya sabìa yo me cago en... a ver què dice, ah otro disparate y estando con Adela!, ¿què es eso, Tulio?, se dio cuenta, claro, "nada, un recado de un compañero", ¿me habrà visto cara de comemierda si fue Leda la que se lo mandò?, !què rayos quiere decir este OCRE TERSO?! y los anteriores DAÑOS SOL LOS SOÑAD y LOS RAMALES SE LA MAR SOL que no hay dios que los entienda, bueno como ya estàn de novios, "oye, ¿por què mi prima se borrò de la lista el mes pasado y no fue al Escambray?", vaya esa preguntica de Adela "por estar con el novio que se echò ¿no lo ves? estar con Arturo parriba y pabajo y celebrarle los poemitas que se les ocurren de ahorita para luego y se los aplauden y Leda màs que se le ponen rojas las palmas por eso nada màs", lo digo todo con un tiròn y con un tono que..., de todas maneras tengo que sacar uno que lo deje bien zonzo, si le soy tan pesao, viejo prematuro y esas cosas y !coño! se sacudiò como si le hubiera dado el santo, ¿què tienes, Leda?, "nada", nada bueno no me huele ese brinco que dio, algo se trae mi prima, ahora està de lo màs tranquilita mirando al escenario, va y se aconsejò y no me va a mandar màs noticas, no no èsta no se la mando !ni loca! en fin de cuentas no tengo nada contra ella, es buenìsima la nota pero no se la mando, si acaso una de las primeras, cuando le dio por correrme màquina con mi apellido SOL en vez de Soler en la pila de papelitos con que me inundaba el pupitre SOL OSCURO Y SOMBRIO,SOL QUE HIELA Y NO CALIENTA, SUELE SOLER SOL SER este me gustò (me sigue gustando) y a veces cambiaba como para embullarme a no sè què con el HAY MUCHO SOL EN MI ESPIRITU y aquel de SOL VENTE HAZME RICA bastante picùo pero el cambio era en los papelitos no en ella siempre distante con los raspes a flor de labio y ... "Ehh, ¿què te parece?", "¿què cosa Arturo?", "¿estàs sorda o què?", !chèvere, dijeron Tulio Soler clarito, yùjuli!,, "¿y cuànto tiempo vas a estar en el Escambray?", "tres o cuatro... ¿no mencionaron a Leda?", "se habr borrado de nuevo", asì que lo seleccionaron èsa no me la esperaba, lo seleccionaron como ya le funciona el tobillo lo selecc.. !Oye, Arturo, dàmele esto a Tulio que tengo que ir a resolver un asunto urgente dale!",¿acaso se borrò ella del a la magna?, "¿a quien buscas chico?", deja ver si èste sale al... ah no es èl quien viene, "felicidades, ahì te manda Leda chau", !otro papelito no pierde un cabròn chance!, "pero espèrate ¿adònde se metiò ella?", "no sè", la vi meterse en secretarìa y luego irse en bicicleta", "!pero acaba de leer ese papelito, dame acà!", !" y ese arranque tan brusco de Adela no lo esperaba de ella bueno que lo lea total voy a ver si... què si se fue en la bicicleta y !ñoj! pone Adela cualquiera sabe què puso Leda en ese papel y, "!un palìndrome de doble sentido! Es bicha mi prima...,"¿Què tù dices?" !Adonde vas, Adela, què pasa espèrate adònde... deja ver dònde cayò el papelito que me tirò a la cara... !con razòn le diò ese encabronamiento pero ¿por què Leda me hace esta mierda y èsta vez metiendose con la prima tan buena gente que es ?y què coño es eso de palìn... què sè yo !si me dejò botao! va y fue a su casa y armar una bronca no Adela no es ese tipo de gente pero yo sì voy a ir y si tengo que soplarle un sopapo lo hago hasta que me explique lo de esta nota verraca...verraca ¿verraca? ADELA MALOSA.
NOVELA (SINOPSIS)
Los habitantes de Cacumal, o San Virginio de Caecumal, viven muy festivamente la espera del lunes 24 de mayo de 1945. Como "està establecido", en el pequeño paìs, sìmbolo de cualquier naciòn latinoamericana, del lunes 17 de Mayo al s bado 22, todo Cacumal es sacudido por los "ensayos" de los carnavales que romperàn a las 12 de la noche del domingo 23 y culminar n el lunes 24, una vez realizado el traspaso de poderes del dictatorial Triunvirato Vinculista a las fuerzas populares. Pero es el caso que el lunes 24, tan soñado, no arriba desde hace 30 años, treinta "vueltas" de 52 semanas cada una del 17 al 23. A las 11:59pm del domingo 23, se produce unna vertiginosa regresiòn: el minutosesenta del domingo se vuelve el primer minuto del lunes de siete dìas atràs, o sea, del 17. Conclusiòn: Cacumal solo "vive" una sola semana, al parecer, eterna; està embrujado o "encantado", gracias al pacto suscrito entre Senèn Aviola y Changò, consiste en el "traspaso" al paìs de los "ciclos lùbicos"; èstos son los que fraguò Yemayà para facilitarle a su hijo de la doble hacha la captura de la chinancona o "zùnquele" que debìa subir al panteòn Yorubà como nueva orisha; en virtud de esos "ciclos", cada una de las decenas de miles de chinanconas, al cumplir 20 años, no cumplen un año màs: mantienen la juventud y belleza veinteañeras por muchos años, hasta que Changò cumpla el mandato de Obbatal .Por si poco fuera, tambièn gracias a Yemayà, dado que las "zùnqueles" estàn diseminadas a lo largo y anchisimo del Archipièlago de San Suplicio, del cual la regiòn cacumalera es poco menos de la dècima parte, se produce una fenomenal di spora: en perenne huida, las chinanconas huyen hacia lo màs oriental del archipièlago; de este modo, las va arrinconando y, como se dijo, propiciàndole a changò el chance de dar con la "elegida", una de las cien que, debido a una cicatrìz queloidea en su nalga izquierda, es capaz de resistir, sin perecer, la fàlica embestida del Señor de los Rayos y truenos.
La Mengua, nombre que le doy a esta voluntad de acorralamiento, dura muchos años, son habilìsimas las chinanconas para evadir los amagos de Changò, aunque muchas han muerto por carecer de la citada cicatrìz. De ahì que el Archipièlago es achicado periòdicamente, hasta que, cuando solo resta Cacumal, Zenèn Aviola, el poderoso mandamàs noventipicòn, presenta un proyecto de Ley anti - cultos profanos, capaz de hacer desaparecer la santerìa. De ahì que, por olòfica disposiciòn,, trasmitida a Obbatal , Changò se entrevista con Aviola para el mencionado "traspaso" de los ciclos al paìs, o sea, la vida o "in-vida" de Cacumal por una semana del 45. Durante el pacto, a Changò se le ocurriò añadir una suerte de clàusula en forma de una sextilla heptasil bica titulada "A las mil y quinientas hizo creer a Zenèn Aviola que se trataba de una "colita" de adorno". La sextilla, escrita en "lengua", en una mezcolanza afro-pizcamotina, hizo pensar a Zenèn que era algo màs que un simple adorno.
Mucho tiempo dedicò a su traducciòn, pero el pueblo cacumalero se le habìa adelantado, convirtièndola en un canto màs de los "ensayos" pre-carnavelescos. Asì supo que a la trigèsima "vuelta" de los Ciclos Aviòlicos, quedarìa roto el "encanto" en cuanto a los trapos hablaran.
Mauricio Sexto Blàzquez, restaurador de gobelinos, es el encargado de hacer "hablar" a los trapos (ya se ver còmo hace), aunque en verdad, èl se resistìa a asumir tan tamaña responsabilidad, y màs, porque,en cuestiòn de segundos, dejarìa de ser un joven de 25 años y pasarìa a tener 55, sin haber vivido ni uso solo de los treinta años que le fueron escamoteados. Faga, la ùnica chinancona dispuesta a "orisharse" recibe el encargo de Changò de inducir a Sextino (Mauricio Sexto) al cumplimiento de su encomienda que finarìa en el "desembrujamiento" del paìs. Faga y Sextino se enamoran, tan fuertemente que, por momentos, ella quisiera dejar las cosas como estàn. Pero, instada por Changò y, ademàs, por el hecho de que cientos de miles, millones de personas serìan salvadas de la "zombificaciòn", cumple lo prometido. A esa conclusiòn llega tambièn Sextino, pese a que ello significarìa, no solo avejarse, sino perder a Faga.
Alrededor de esta trama central se desarrolla, ìntimamente ligada, la que protagonizan Rigo y Beto, su padre, el mejor amigo de Sextino,quien se habìa ido de Cacumal poco antes de que el paìs fuera "encantado". Rigo, investigador acadèmico de etnologìa y folklore es, escritos ademàs, pero de estìlo elitario, a travès del cual ofrece una visiòn pintoresquista y culturizada en extremo de las civilizaciones prehispànicas, asì como del estado actual en que malviven. Asimismo, evade a tratar en sus narraciones lo referente a la evoluciòn sociopolìtica del paìs, que, metafòricamente su padre califica de "peligro de zombificaciòn". Beto trata de que su hijo escriba, no la sopita literaria, geomètrica perfecta, sino el pungente y urgente "ajiaco" que todo el pueblo necesita para salirse al paso a tal peligro. Hastiado de la machacona insistencia de su padre, un diputado honorario de la Asamblea Nacional, que se oculta en su amplio despacho de la Academia. A los tres dìas, descubre que su padre ha desaparecido. Nada ha podido hacer la policìa. Pero Rigo no cree que haya muerto. Viaja a Ciudad Cameto, (antes Cacumal) a buscarlo. En medio de sus indagaciones, piensa en su novela, lo va creando como Beto quiere, sirviendose de informantes como Sextino y Leta Vinajeras. Esta ùltima es una anciana sordomuda, una suerte de transfiguraciòn de la Ikù (la muerte), que solo habla a quienes ella quiere o cree estar con un pie en la tumba.
A travès del "cacumalerismo" acento de Leta, cargado de finezas y ordinarieces, Rigo "descubre" a su paìs y, por fin, comprende los desvelos de su padre.
Ya al final de su obra, es Mauricio Sexto quien desaparece, justo cuando halla a su padre, quien de modo voluntario, labora en la limpieza de los alrededores del "Caparìn", gigantesco cafetìn-burdel, destinado a convertise en museo històrico. Angustiado por la desaparciòn de Sextino, a quien cree desesperado por su nuevo estado y por la pèrdida de Faga, Beto lo hace ver que, posiblemente, èl està haciendo uso de la libertad, bien para "retroceder", caer en el subterràneo Cacumal que subyace, detenido en una semana, o bien, para hacer lo mismo que èl: retirar ruinas para dar espacio a lo nuevo.
El superobjetivo de èsta novela reside en exponer mis personales puntos de vista acerca del porquè del atraso y vulnerabilidad en que aùn se debate Latinoamèrica.
Tiene 355 pàginas.