REYNIER PEREZ HERNANDEZ

Curriculum vitae

Poemarios: Cartas a Paloma 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 . Manuscritos de Marzo

CARTAS A PALOMA
 
Paloma:
¿Ves estos versos?
Sè que los sientes.
Allà por esos tiempos aùn el unicornio
pastaba sin miedo.
Y yo caì como un pètalo.
 
No sè como comienzo.
Veo crecer sobre el desamparo una rosa;
y pienso en ti.
Ahora se acrecientan las almas.
 
Aquì el frìo de una muchedumbre
vuelve las  nimas y las revienta.
No temas por el amor; teme màs a la desolaciòn.
No calles cuando oigas el presentir de una Dalia;
si ves una mañana que las flores andan libres,
sonrìe y escapa.
 
Tal vez cuando los vestigios nos den,
te des cuenta cuànto de bien o mal hiciste.
Toma tu mano y pàsala por tu pecho
para que el alma de sueños no se te fugue al vacìo.
 
Te quiero.
Abril 95
Paloma:
 
Te envuelvo en los recuerdos.
Dejo vagar la memoria por laberintos.
 
¿Eres tù el àngel que añorò aquèl que guarda?
Bueno, dejo a tu pecho el motivo y la respuesta.
La interrogante es pasajera.
 
Hoy comprendì que el silencio nace en nuestro cuerpo.
Se van imponiendo, entre calma y calma, palabras,
hasta que los resguardos tomen su tiempo.
 
No he querido retornar,
sabes en que mundo se trocan las acciones.
Quemados estàn los comienzos
y queda para un final, que el Fènix
no rehuya los males.
 
Dime, linda mìa, ¿còmo andan esos vientos?
¿Esos ojos aùn siguen creciendo?
Dime, por amor, cuàndo volveràs con tu pelo sublime.
 
Te quiero.
Abril 95
 
Paloma:
 
Me empalmaron a la brisa.
En la ternura el plectro surcò.
¿Cuànto de tiempo nos queda?
 
Te digo esto porque me convierto a cada instante
en el concierto inescuchado.
 
Hace dìas que tengo esas pinturas.
La carne luce intacta, en armonìa con el alma;
los ojos expresan anhelos, plenitud, serena miel,
ondear estàtico de felicidad.
Se sienten los acordes, cromados, en juego con el èter.
Te aseguro linda mìa, que esas son las brisas
que tienen que fluir por mis entrañas,
que ese es el surco hecho, la nota grave y cargada.
 
Y mientras las veo quizàs no pueda responder por
el espacio y el tiempo.
Se funden y bajan sin poder mi mano agarrar ese cristal.
 
Te quiero, angelito mìo.
Abril 95
 
Paloma:
 
Vi como un hombre
en el umbral del fìn
cambiaba sus monedas
por el alma que no tuvo.
 
¿Acaso vale màs lo no hecho en el camino?
 
Atiende, cada instante es vital.
Si no lo abrazas, perderàs la dicha de recordarlo.
 
Los segundos pasan inadvertidos
cuando llegan los leones
a recoger tu divàn.
Entonces enciendes el cirio.
la llama leve ilumina como el ocaso;
tal vèz como el viento loco y desenfrenado.
¿Sabes que pensè al mirar al humano
trocando con sus viejas manos monedas de oro?;
que la parte nuestra yace escondida
sin sabernos escogidos, sin sabernos llenos.
 
Te quiero mucho.
Abril 95
 
Paloma:
 
Si sintieras estas hùmedas gotas.
Yo tan lejos de tu cuerpo y del tiempo.
 
Dicen que es la nostalgia
cuando todo se abre y escapa
con el torrente de ideas
las claves de las memorias.
 
Dije una vez que los ojos vuelan
mucho menos que las alas del Còndor.
Me equivoquè, aùn era chico.
Y pienso ahora que mis manos
sòlo querìan atraparlo;
pensando que si lo tenìa,
tù, jamàs te escaparìas..
 
Es lindo todo esto.
Làstima que los dejen marchitar.
Làstima que hayan hoyos.
 
Luego, todo no es màs que el mirar
incesante del alma viril y ciega.
El buscar para no caer.
 
Te quiero.
Abril 95
 
Paloma:
 
Me ubiquè en la Pitonisa de Delfos.
Nunca supe que el Oràculo fue fecundo.
Nunca supe que existì allà .
 
Fluyendo etèrea, como transparencia,
la imagen de esos ojos,
palpitante, tranquila y sin temor.
 
Eso lo encontrè en el viejo pergamino.
Parecìa,¿quemado?, cuerdas enlazando espacios.
Interrogante sobre el taiz de azul,
ni que fuera el verso todo o nada,
sòlo Creaciòn, Creaciòn pura.
 
Sìgueme hablando de tu ser.
Como enviada del viento y de la tierra
penetras con el alma.
¿Piensas que no te oigo, què no te siento?
 
Estoy volando a tu alrededor.
Acaricio con mi fuego
tu silueta esponjosa.
No te olvides que a la vida se le debe màs que a la muerte.
 
Te quiero, canto mìo, mucho.
Abril 95
 
Paloma:
 
Ahora miro el rìo suavemente.
Siento su cantar como la brisa,
pero, linda mìa, me raja el corazòn
algo cortante.
Ella, la dulce de las aguas
le puso tanto de alma
que el latir, del cauce,
prende mi cirio.
 
Ven algùn dìa y sièntate en este parque.
Dèjate vagar por su verde,
que el plinto de la vida
no te acantone los años.
 
Enciende la vela en esa maravilla.
Piensa que el amor està  por la orilla.
Cierra los ojos, chispa de la vida,
y en la dulce nostalgia
habla con las avecillas
para que sepas que la huella mìa
sigue aùn el grito del amor.
 
No dejes de vagar, vagar en el silencio,
por estos aires, refugio de calmas.
 
Te quiero.
Abril 95
 
Paloma:
 
Debajo siento el crujido
y encima los estandartes
de una almena seca y parda.
 
Què nos pasa.
Se enrosca a la noche el despertar,
el inquieto pose de un murullo.
Allà, en tu poesìa
no llegaràs a entender.
 
Somos la avalancha interminable
que se concentra cortante
cuando estalla en el infierno
las armas del cuarto jinete.
 
Pero no te entristezcas,
con tu mirar podràs revolotear
sin temor a que obscuros
te encierren en una hoguera.
 
Sè que tu pureza estalla
sin que muro la detenga.
Eso quiero, a esta distancia,
que el tronco de la deriva
no naufrague en el olvido.
 
No sabes, Paloma mìa, cuanto te quiero.
Abril 95
 
Paloma:
 
Hoy casi me estrello,
pero en esta calamidad
he vuelto a escuchar
el verso de la vida.
 
La vida no està  en los siglos,
vive en cada segundo,
son los vientos edificantes...
La lejanìa ilusa no es existencia.
En un lejano estar es que damos cuentas. Acaso vida dudante.
 
Miro a lo lejos
sin saber que mi vida està  a la vuelta,
cerca muy cerca a mi lado.
 
Recuerda esta madeja de dolor y alegrìa
y ten presente este ramo de letras
que en su encierro demarcado
se avalanchan sobre el tiempo.
 
entre el fuego de la fuerza
yace lo que une y desgaja.
Ten cuidado, toma siempre lo que une.
 
Te adoro.
Abril 95
 
Paloma:
 
¿Estàs ahora, con calma de flores,
en el cielo, calando ànforas, crepitares de alas?
 
Sigo en manos de mi flor.
La siento, violenta y dulce.
Lluvia de Mayo, fuente de luces.
 
Regia en el mirar, gota de trotes
que entre muros se escurre
hasta llegar al destino.
 
No hago màs que volar entre inclemencias.
Portando incansablemente el pecho, vertièndome càlido.
 
Eternidad, te miro en estas palabras,
en estos ojos de fuerza y pasiòn.
 
Te quiero en los portales,
en los Olimpos, en los vestigios.
 
Sufro en no conminar a la acciòn.
¿acaso yo soy el pobre que no tiene màs que las flores?
si es asì, quiero serlo, porque pobre de aquèl
que siendo màximo no tenga siguiera una Dalia en su morada.
 
A esta hora el hombre sigue corriendo en el mismo lugar.
Tanto tiempo igual que parece inmòvil el alma.
 
Piensa en esto ùltimo que arremete las ansias y las deja.
 
Te quiero.
Abril 95
 
Paloma:
 
Què dolor, hinca en mì.
¿Sabràs a què me refiero?
A la flor de los Olimpos,
a su alma, Paloma, a su alma.
 
Encerrado en venas entristecidas.
Siento un centro quemante, ineludible.
Pena.
Pena y heridas, sangre y tinieblas.
 
Recuerdo cosas y temo
en ese correr de memorias
Preguntè una vez: ¿Por què ese girar incesante?
 
Y me preguntas, allà , en lo desconocido,
a què me refiero.
Ni yo en el màs puro viento
sè decirme què es real.,
 
Te dejo, pensativa, llorando.
Y yo, preguntando de nuevo,
¿Cuàl es el sentido de la realidad?
Quièreme, aùn de lejos, sin conocerme.
Yo te quiero hija mìa.
 
Abril 95
 
MANUSCRITOS DE MARZO
 
EL TIEMPO SE DETIENE EN LA IMAGEN DE LOS ATRAPADOS.
 
Escribo la oda al desencanto. Tierna rosa que se marchita.
Llueve sobre esta piel las ansias de codiciar, de tomar la fuerza de los mortales y proyectarlas sobre el tiempo detenido.
Pero no soy mas que un atrapado.
Cargo con las almenas, do se hacen ricos ajuares de cobre indumentario, do se cuecen lujuriosos corceles de oro almendrado.
-Pero carecer de lo que se puede es sustituir lo que fue en la adarga del pòmulo oriente-
Cargo con las alacenas, do se viertan las afluencias de los siglos, do se quedan con sus risas los atrapados àngeles blancos.
¿Quiere decir que soy un àngel atrapado?
Hoy anduve con la filacterìa de los demonios expulsados.
Con el palo del hacha y la hoja del cuerno.
Aplacando balaustradas, el sol naciente, la luna hiriente.
Ayer, cuando pensè que el tiempo no era màs que lo detenido en mi cuerpo, unas alicaidas serpientes se enrrollaron en mis venas y un sutil bastòn atravesò mi pecho.
Fue mucho no querer saber que el tiempo se detiene en la imagen de los atrapados y màs aùn cuando pensar que agarrar la dècimoquinta esencia era de seres humanos, no de atrapados.
Todo es un error que va contenièndose en la sima negra.
Unico y desencajado, iluminando la vereda desposeida
Atragantado en la parte azul de un castillo de naipes donde la sombra se arremete contra la espuma.
Enero 95
Miro a lontananza y las luces del olvido se me prenden.
En mi jardìn los helechos se pudren; la infelicidad està carcomiendo las entrañas.
Todo llora, vida y muerte se contrapuntean.
El cèfiro barre lentamente rostros.
Cada parte se desintegra, se acaban las mañanas y la vertida claridad del tiempo asume el rol de los antiguos.
Se quiebran esas ramas fràgiles por la cruel acciòn de un ente.
Me levanto todas las mañanas y siento al latido desmembrar las partes.
Crueles imàgenes; perfectas reminiscencias.
Continuos cambios.
Azules los monarcas de la inmensidad.
No son màs que el tiempo asustado y cruento.
Pero sin pensar en levitar sobre una antigua eternidad mis manos siguen conociendo.
Podrìan perder la memoria.
Estar encerrado en un cuarto obscuro no significa nada, tampoco matar la mariposa amarilla.
Y en eso viene la soga amarilla, el despertar tumultuoso en la rebeliòn de los mortales,el sentir la penumbra en la absoluciòn de los inmortales.
Podrìa perder la memoria.
Estar en un cuarto obscuro, matar la mariposa amarilla...y el amor en la lejanìa cubriendo locuras.
Podrìa estar tendido con el brazo izquierdo tomando tu cuerpo.
Aclamando la eròtica clave de las luces incrementadas.
Sufriendo en la ciudad las amargas amalgamas del desenlace.
 
Podrìa perder la memoria con tan solo no poner mi cuerpo en el verso y sì en la viga cruel.
Podrìa perder la memoria.
Encerràndome en un cuarto obscuro, matando una mariposa transparente, tomando la soga amarilla.
A casi tres siglos de distancia viene el alma a cantar el lienzo encomendado.
Trotes infortunados, calambres que atoran la divagancia.
El excelso de un mediodìa se retuerce en la angustia.
Repito: Podrìa perder la memoria.
...porque no sabes que cosas reconozco en este instante de violencia; cuando las  nimas que me rodean son màs puras que el agua cristalina de tu rìo...
 
Podrìa perder la memoria.
Incrustàndome a la carga del jinete, haciendo correr agua sobre mi cuerpo asustado, entrando en la casa de las pesadillas inertes,
Atrapando los espacios que revolotean con luminiscencias por las calles empedradas de la realidad.
Podrìa perder la memoria (algo que guìe mis sentidos)
dejando caer por mi piel artificios de la luna,
dejando que mis pasos vuelvan sobre las huellas,
dejando que la regia claridad se arrebate a mis oidos,
dejàndome navegar sobre la transparencia de la vida,
dejando que aquel tiempo invertido tome mi cuerpo.
Podrìa perder la memoria con la misma facilidad con que pierdo a cada instante los ùltimos vestigios.
 
CURRICULUM VITAE
 
Nombre y apellidos: Reynier Pèrez Hernàndez.
Fecha y lugar de nacimiento: Ciudad de La Habana, 21 de diciembre de 1973
Estudios realizados: Pre-Universitario, Segundo año de Filologìa.
Labor actual que realiza: Estudiante de Segundo año en la carrera de Filologìa.
Publicò " Pàginas de un ahorcado" en el Banco de Ideas Z.
Direcciòn particular: Calle 26 e/ 27 y 29 No 458 Apto 5 Vedado. CP: 10400 Ciudad de La Habana. Cuba.
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