ROLANDO
REVAGLIATTI
Curriculum vitae
Poemas: Es después
de todo; La pasión; Tu boca puede más que mi cordura; La flecha de cupido; Me
vestí despreciándola; Felisberto
Hernández; Da
sobre las cosas del sol.
Cuentos: Nimbo; Cuento corto; Huir; Retazo; Charles Dickens; Habla Gloria; Veinticuatro horas.
- ES
DESPUES DE TODO
-
- Es después de todo lo mucho
- que no ha pasado entre ellos
-
- que incrustan con rabia y desconfianza
- tristes besos en tosco
- pero reblandecido pan de jabón
-
- LA PASION
-
- La pasión
- es todo
-
- Luego, nada
- O el amor.
-
- TU
BOCA PUEDE MAS QUE MI CORDURA
-
- Todas
- son para mí
- la tentación
- que me tortura
-
- Vaya!
- Mi cordura!...
-
- Las llamas
- me llaman.
-
- LA
FLECHA DE CUPIDO
-
- La flecha de Cupido que tan de lleno
- en la garganta me dió
- agargantado
-
- ¿ Y qué naturaleza de poeta Cupido es ?
- ¿ Y qué género de poema
- al darme
- es esta flecha?...
-
- ME
VESTI DESPRECIANDOLA
-
- Me vestí despreciándola
- a la desnuda Diana
- y triste y victoriosa
-
- Con otro en su cabeza.
-
- FELISBERTO
HERNANDEZ
-
- Muequitas en el pizarrón:
- escríbanme o partan tizas
-
- Inteligiendo
- los restos de un pesar antroposófico
- en las costas
-
- Marosca:
- caí de fallecimiento provocado por un
signo de admiración
-
- Anticipé:
- ya venía con brizna la brisa
-
- Advertirlo
- sin ablandarse en la modestia
-
- DA
SOBRE LAS COSAS DEL SOL
-
- sobre Felisberto da como vemos
- que ve como da sobre las cosas.
-
- 1991
-
- NIMBO
-
- Era enorme y bueno. Trabajaba y residía
en un taller mecánico. Entre sus pertenencias figuraba
un colchoncito con cotín engrasado como él y unas
frazadas asquerosas. Dos gatos dormían a su lado.
Cocinaba huevos y sopa y se calentaba mate cocido con una
garrafa. A los chicos del barrio les producía
curiosidad. Un día, ese hombre que se trasladaba
bamboleándose, que sonreía y silbaba, que apretaba con
los dientes un toscano, ese hombre de paz, muerto,
limpio, apareció nimbado, semi-empotrado en un pilar,
inapacible, limpio, con alígero nimbo de barníz
selenita.
-
- CUENTO
CORTO
-
- A VERO
-
- En sus cuentos - me refiero a mi hija - ,
que son breves, hay misterio, suspenso. Y siempre mata a
alguien. Acababa de leerme el último, y en ese, moría
el protagonista. Le dije: "¿Por qué no haces que
siga vivo?" Ella me explicó: "No me salía, no
sabía cómo continuar, me cansé, y además, ya estuve
mucho rato." Le sugerí: "Seguí escribiéndolo
mañana." Me dijo: "No; porque es un cuento
corto."
-
- 12/1992
-
- HUIR
-
- Claro que pensó en huir, harta de padecer
la torpeza de los golpes de esa especie de marido
colérico, de pésimo vino y borbotones de servicia.
También pensó en huir cuando su hijo cayera muerto por
una bala perdida entre los cohetes y petardos detonados
por los chicos y adultos del barrio, después de
transcurridos veinte minutos del año nuevo. Pensó.
Hasta que dejó de hacerlo. Después de veinte años la
vieja sigue, loca, letártiga, sigue huyendo.
-
- RETAZO
-
- Nació por vía de ces rea Cristiana,
único descendiente que tendrían sus papás. El nombre
lo improvisaron de apuro, por así decir; lo extrajeron
de una criteriosa galera, tras evaluar la armonía
fonética junto al apellido. Aguardaban a Juan Ramón
Ernesto e irrumpió Cristina. El desencanto se fue
desplegando corrosivo en sus nimos.
- La niña, alumna aplicada, fantasiosa y
fácilmente ridiculizable: encorvaba la espalda la más
alta en todos los grados, fruncía los labios cuando
atendía a una explicación, bizqueaba a veces, y,
adolescente, padecía ataques de picazón, o lloraba -
simplificando - sin motivo.
- En procura de constreñir fatigsa gimnasia
(contar paradas de colectivos, o perros, o
discapacitados, o automóviles con patentes de
provincias), ritos incoercibles (sentarse un instante en
determinado sillón, antes de la merienda), sueños
repetitivos (su madre obstinándose en ofrecerle muestras
de comprensión y cariño), concurrió a un curso de
control mental que promocionaban por radio. En esas
estaba, cuando ella y el licenciado que dictaba el curso,
se enamoraron. Sin tropiezos accedieron al altar; y
ahora,él la embarazó y la tiene ilusionada con que por
fin nacera Juan Ramón
- Ernesto, una generación después. Retazo
de vida.
-
- 1986
-
- CHARLES
DICKENS
-
- El don concedido (en "El
Hechizado") el don esparcido y anulado el don
- el espectro de Jacobo Marley asustado
departe sobre pesadísimas cadenas con Ebenezer Scrooge
asustado
- transcurren los cuatro cuartos de hora de
Trotty Veck y sus campanas
- Oliverio Twist reza en el cementerio
- Tomás Vago el polemista desengañado por
la perfidia equina goteada y Francisco Buenchico en
descansada jira goteaba también hidalgos y coroneles y
princesas su cogñac con agua caliente
- Mariana y Engracia (inmersas en la batalla
de la vida) y los renunciamientos
- el clérigo de la cortedad de palabras
Jorge Sílverman diseña no obstante palabras y se
explica en los nueve capítulos de su novelita
- maese Humphrey habla desde junto a su
reloj al amor de la chimenea
- el Cosario y Cañamón rompen a bailar
entre cricrís y ollas ronroneantes
- y al punto se edita y con dibujos y
asimismo se lee lo hasta aquí asentado por este
corresponsal londinense de "El Balido de
Lloronchisme".
-
- HABLA
GLORIA
-
- En bombacha, hace flexiones en la barra
(un metro y setenta y siete centímetros de buena madera)
engrampada en la pared lila. Hoy es viernes feriado
nacional y nuestra kenesióloga no trabaja ni concurre al
seminario de post-grado. Pudo haber ido a un pic-nic con
gente del hospital, en Virreyes. No se suspendía por
lluvia y garúa desde el amanecer. Pudo haber presenciado
el ensayo de "Los Húsares" en el Centro
Dramático Buenos Aires.
- Hoy es viernes y Ernesto no apareció a
las diez de la mañana, feriado el día completo
desaprovechándose. Hace
- reflexiones con ímpetu admirable.
- Nuestra tromba se llama Gloria y desde el
martes el zócalo de frente a la puerta del baño, ha
quedado salpicado con gotas de su sangre menstrual.
- Gozó tanto con Ernesto durante las
escandalosas cuatro horas en que la sangre parecía no
importar!... Había sido desnudada a manotazos, todo
convenido, sólo "por las malas". La alfombrita
añil también quedó manchada.
- La primera embestida incluyó a esa
alfombra. Fantástico fué cuando él le rescató
bucalmente el clítoris con tamaña dulsura. Si no
recordaba mal, Ernesto fué el único que tras merodear
en la zona en esas condiciones, además se instaló. La
pucha! Así le gustaba a Gloria, la ráfaga del Cono Sur.
Ser por tanta emoción y gratitud que otro
"clinch", meduloso y vehemente, culminó con la
felatio más exhaustiva de su trayectoria, tolerando con
naturalidad aquel precioso semen en su boca. Lo escupió
en el inodoro, un par de buches con la pasta dental y
retornó a él.
- Ernesto prometía "redactar un poema
que le haga justicia a tus labios".
- Labios. Todos reparaban en sus labios.
- Tomaron Whisky en la cama (él, con hielo)
antes de renovar el frenesí. Ella encima de él acababa
como una locomotora, el vapor (de la locomotora) los
aureolaba, lo estaba haciendo bolsa al flaco, ay! si se
pudiera circular con este pedazo hirviente, con este
irredento entre las piernas, así aferrando las tetas,
insistentes y malévolas las yemas del bibliotecario
hundiéndome los pezones, pensaba huija pero no lo
exclamaba, y Ernesto sucumbió, aunque siguieron, había
con qué, un rato.
- Concluye la sesión de flexiones, al
tiempo que un largo tema del Gato Barbieri, del que
abundan láminas y posters en su bulín, aun en los
armarios de la cocina. Es hermosa y ama para cinco
minutos. Suena el teléfono, baja el volumen del equipo,
se arroja al tubo. Oye y especifica:
- - Habla Gloria.
- Su prima tienta: Hay dos tipos bárbaros y
a uno se lo quiere presentar. Gloria se juega por
Ernesto, renuncia, se abstiene de concer hombres nuevos
por ahora, que no le enturbien el sortilegio del martes,
ya sin menstruación lo aguarda, si no fue a las diez ser
a las veinte, pero ser , ser , ella lo sabe, gracias, que
los disfrutes y chau.
- A todo Gato otra vez, fundas y cubiertas
de discos por aquí y por allá, y los auriculares sobre
un bafle. También Beatles y Rolling Stones y Kiss. And
Jose Cocker and James Taylor and Bee Gees. Discos en las
estanterías junto a los libros de la profesión, apuntes
y agendas de los últimos años, y un retrato de Gloria
adolescente, óptima potra incabalgada. Tiempos de
resaltar las pestañas y pronunciar el escote para
fastidio de su papá (atemorizaso): toda esta potra,
digo, esta hija para mi; digo, no es para mí: es mi
hija. Tiempos de vigilar la expansión de las
pantorrillas, la tersura del abdomen, la consistencia de
los muslos. Tiempos de evaluar apetencias a la salida del
normal, de dejar con las ganas, tiempos de acalorada
soledad. Nunca hacía frío en su alma. En otro retrato,
Gloria miraría a cámara, inmarcesible, mordisqueándole
una oreja a un felino bicolor. Y en otro, en una toma
porterior, una Gloria baqueteada durante su tránsito por
la facultad: orgías al paso con compañeros o auxiliares
de cátedra.
- El teléfono, sobre una mesa rodante
conseguida en Emaús, al lado de la cama de una plaza, de
caña, descuarejingada, con la almohada sin funda, suena.
- -Habla Gloria.
- ... al muchaco supuestamente bárbaro. Y
lo cita para el lunes. Cuenta los chinches que en la
pared coral sujetan su espléndido vestido bahiano, cual
si fuera un tapiz. De su estadía en San Pablo viene
memorando con insidiosa frecuencia los dólares que se
agenciara sin proponérselo, de una desleída cogida con
un hotelero. Recién en vuelo al norte descubrió en el
estuche de cosméticos los billetes que le posibilitaron
alquilar automóvil, comer langosta a la Terminor y
adquirir tanta pilcha cara. Posponía encarar ese
episodio, maremágnum de sensaciones displacenteras al
principio, en su análisis.
- Al dorso de una tarjeta de su depiladora,
asienta con un marcador: "Estoy Lavándome El
Pelo". La incrusta en la mirilla de la puerta del
departamento. Lava su violeta cabellera con champú de
huevo en la pileta del lavadero. Se enjuaga, se seca, y
se mira en el espejo circular y estropeado que aprisiona
un fierrito sobre la pileta. Retira la tarjeta de la
mirilla. La guarda en su cigarrera. Teclea en plena
siesta, a doble espacio en papel tamaño oficio y con dos
copias, la versión nunca se sabe si definitivamente de
"La Demanda de atención Kinésica en un Instituto
de Día Geriátrico", que urdiera con Carmelita
Pizzurno, terapista ocupacional. La presentarán en el
congreso de para-médicos en la ciudad de Córdova. Ir
con Carmela. Ernesto examinar la versión por si hubiera
incorrecciones de estilo. Estilo el suyo de mecanógrafa.
Mucha Pitman, muchas Academias Orbe, pero ataca el
maquinón con fogosidad digna de causas menos
preciosistas. La
- Underwood negra salió a prueba de Glorias
desmañadas. La mesita en la que está, herencia de un
abuelo abogado y ex-senador, ya temblequea.
- Rodolfo Mederos se desgrana desde un
casete que Gloria grabara en vivo, cuando llama a casa de
Ernesto:
- -Habla Gloria.
- El llamado lo atiende el amigo de Ernesto,
a quien ella conciera también el martes. No había
llegado, le dice; él creía que Ernesto estaría con
ella. Escueto y amable.
- Come en la cocina un racimo exhuberante de
uvas rosadas: una mordida y glup, una mordida y glup.
Efectúa insignificantes enmiendas en el trabajo de
investigación. Larguito. Y no meramente descriptivo.
Ernesto se olvidó los Parisiennes. Enciende con el
Magiclic una hornalla y con la hornalla un cigarro. De la
mesa de la luz extrae el pote (dado vuelta) de
quitaesmalte Miss Blue, el quitacutículas, dos limas y
neceser de plástico rosa Dior. Introduce el meñique de
la mano izquierda en la abertura de la inflamable
esponjita y gira el pote. Y así con los siguientes nueve
largos dedos. Lava las manos con agua fria y sin jabón.
Se seca. Empuja las cutículas con el aplicador del
quitacutículas y las recorta amrosamente con el alicate.
Da forma a las uñas con la lima de acero y luego con la
de esmeril, y además, suprime los rebordes. Lava las
manos con agua tibia y jabón La Toja. Esmalta sus uñas,
agita las manos y sopla.
- Abraza a la almohada, transversal en el
lecho, durante media hora se permite el desfile de buenos
mozos y ... ¿ qué hace en la pasarela el amigo de
Ernesto? Errabunda, considera: La ranura del pote me
manbea, me deja colifata, ¿ así serán las de las
muñecas inflables?... Y luego: No lavé los corpiños,
ni el toallón, ni el vaquero, ni cosí la blusa. Y hasta
yo me doy cuenta que el placard está hecho un kilombo.
Ernesto no llama. Ya me veo a la medianoche: lavar,
coser, ordenar, y meta sublimar. Y se nos queda dormida
la que sueña con teléfonos tornasoles afirmados al
cielorraso.
- - Habla Gloria.
- Susurra: - Habla Gloria.
- Canturrea: - Habla Gloriaaa....
- Grita: Habla Gloria!
- Ni aunque vocifere. Verdes ojos abiertos.
Ha ido demasiado lejos. Transida saca, saca, saca
pullóveres, camisolas, medias, pañuelos de seda y
pañuelitos, saca del placard bolsas de plástico y de
celofán, remeras, un mantón de manila, cinturones,
cuatro polleras y dos túnicas saca y apila, perchas,
carteras en el piso, y la dormidera se va, se va, viene
lo tangible, con humor ya que no con pasión, música,
falta música.
- Percibe la inefabilidad melodiosa del
timbre del departamento, orpimido varias veces.
Apremiada, Gloria se entera de que Ernesto llegó. Abre
la puerta, ríen y se le cuelga haciendo pinzas con las
piernas. Festeja, besándolo. El patea la puerta, la
cierra y traslada a Gloria, la pasea, la acaricia, la
zarandea. Todo es confuso y divertido y nadie inquiere ni
reprocha. Son las veinte.
-
- VEINTICUATRO
HORAS
-
- El varón argentino del que trata el
presente relato se llama Amancio.
- Intentaré esctructurar un friso (acaso lo
ser para algunos lectores) crudo y fidedigno. Quien esto
escribe, también varón y argentino, se apropiar del
transcurrir de una jornada de su amigo del alma. El que
lo es desde que crus ramos el colegio secundario en un
barrio al que no pertenecíamos: Mataderos.
- Tenemos la misma edad y parecida
conformación física. Yo acabo de casarme por segunda
vez. Convivo con mi esposa desde hace cinco años.
- El convivió con chicas durante lapsos
cortos. Tiene un hijo al que no conoce.
- Nieto de armerios bailarines, integraba un
ballet folclórico armenio. Baila el tango y cualquier
ritmo de moda.
- Frecuentábamos boliches, clubes y centros
regionales con la intención de hacernos rápidos
levantes.
- Yo no alcanzaba siempre ese objetivo. El,
casi nunca "se quedaba en la palmera". Y no era
selectivo.
- Alternó con una multitud de bagayos con
las que le era imposible compartir algo más que una
cama, o paredones propicios para el atraque, umbrales,
puentes ferroviarios intransitados, parques.
- Tiene cuatro hermanas mayores; y yo, dos.
- Ellas le han ido favoreciendo el acceso a
sus amigas. Y con una de mis hermanas se escapó en carpa
un tórrido fin de semana, a Mar de Ajó. No hay
escenario en donde no esté a la pesca.
- "Tirarse, tirarse y achicar el
pánico a rebotar. Lo que no se da hoy, puede darse
mañana. No intereso a todas, pero eventualmente intereso
a "todas", sigo oyéndolo proclamar muy con los
pies sobre la tierra. Y así, no hay grupo, conjunto,
clase, congregación, gape, banda, vernissage,
amontonamiento, donde con las damas no se muestre
representando el papel de manso, o atrevido, o cínico, o
revolucionario, o habilidoso, o tornadizo.
- No lee mucho pero tiene calle y barniz.
Lee revistas, novelas policiales o de género
fantástico, cancioneros.
- Canta en reuniones, y compone y estudia
vocalización y armonía.
- De las letras de las que soy autor,
difunde las que él musicalizó, las humorísticas:
"El Muy Aludo" (zamba), "Los Racinguistas
de San Lorenzo" (chamamé). "La lobizona"
(milonga campera), "El burro de Polipropileno"
(valsesito). Es buen chisporroteador y cuentacuentos.
- Habita un monono departamento, en Uriburu
y Paraguay, decorado por él.
- Es propietario, a medias, de un instituto
de danzas y expresión corporal, por Saavedra, en cuyo
vestíbulo, en cuadritos de varilla sepia, brotan
refranes y sentencias: "El hombre haga ciento; a la
mujer no la toque el viento", "El que quiera
gozar, goce, que del mañana no hay certeza",
"Ama sois mientras que el niño mama; después ni
ama, ni nada".
- El miércoles trece a las dos y media de
la madrugada lo tenemos a Amancio montado por Verónica,
estudiante en receso universitario, a la que se fue
ganando en un anfiteatro, desde las veintidós del martes
doce.
- Alarma a las siete el despertador de
Amancio dispuesto por Verónica.
- Reiterada la experiencia de las dos y
media, Verónica se duchó mientras Amancio yacía
derrumbado. Luego se vistió, le anotó sus números de
teléfono (y sus medidas) en un pañuelo de papel, y se
fue a su empleo (oficinas de la PepsiCola).
- Amancio se sobresaltó a las once, al
sonar el timbre oprimido por la encargada del edificio.
Reclama su firma en una notificación de que el viernes
quince se realizar una reunión de copropietarios.
- Se despabila: flexiones al lado de la
ventana abierta.
- Desayuna mate cocido con Tosti-Beck y
queso San Regim fresco.
- Habla por teléfono con su socio; con la
productora de un programa de televisión, a la que el
viernes, a medianoche, pasar a buscar por el canal; con
un primo residente en la provincia de Chubut, en viaje de
negocios por Buenos Aires; con un instructor del
instituto.
- Arregla la cama mientras tararea
"reloj, no marques las horas", lustra sus
zapatos grises y ejecuta otros menesteres. Se baña y
perfuma.
- Ingiere dos porciones de tarta de
zapallitos y agua mineral.
- Cepilla sus dientes, y cuando oye la
chicharra del portero eléctrico, aprieta el botón de la
cerradura, y se cubre con una toalla que se ajusta a la
cintura. Sonriendo recibe a Edurne que sale del ascensor
y le devuelve la sonisa.
- Entra al departamento, él cierra la
puerta, se estrechan. La toalla se desliza hasta el suelo
y Edurne (baja, melosa, piel adolescentona) se ruboriza.
- Amancio la conduce al comedor, le quita la
cartera blanca y una bolsa de plástico que deposita
sobre la mesa.
- Sube al sofá y se instala con piernas
abiertas y en equilibrio de frente a Edurne.
- Obtenida la eyaculación, desciende del
sofá, congratulado, la desabotona, libera de cierres,
broches y "falsas ataduras", le muerde la nuca
y entusiasmándose con los pechos, desde atrás, maniobra
hacia el dormitorio, donde ella concluye de desvestirse.
- No logra Amancio con sus caricias que
Edurne se abandone a un verdadero climax (por ningún
procedimiento lo habría ella experimentado). La induce a
arrodillarse, se introduce en su sexo y, ya lubricado, la
sodomiza.
- Después, fuman un puro, mientras Edurne
le comenta que llegó directamente al sanatrio donde su
nuera acababa de dar a luz.
- Se bañan, juntos, de inmersión, en
despampanante bañera. Y se recobra, Amancio, de una
lipotimia, cuando Edurne se va.
- Se viste, se acicala, atiende el llamado
telefónico de alguien que le solicita en alquiler un
salón del instituto para efectuar allí una muestra
coral.
- Guarda en un ataché carpetas y talonarios
que llevar al instituto. Llega caminando al registro
civil en el que ser uno de los testigos de mi casamiento.
- Se excusa por no poder quedarse al
sencillo lunch posterior a la ceremonia. "Siendo el
trece de enero de mil novecientos ochenta y ocho y en
compañía de los testigos Rosalía Ethel Albornóz y
Amancio Toufenedjián, van ustedes a unirse en
matrimonio, y conformar de esa manera la legítima
familia, base y sustento de la sociedad y del Estado.
- Bien. No sé si ustedes ya, ustedes, viven
juntos. Lo deduzco, más o menos, por la
documentación....
- "Una agraciada compañera de trabajo
de la mujer con la que me están casando, toma
fotografías. "...prescindir de la lectura de los
artículos de la Ley de Matrimonios, porque entiendo que
ustedes ya lo han practicado y conocen. Y los voy a
invitar a que se acerquen al estrado junto con sus
testigos para recibir el consentimiento. "Así hasta
llegar a contrayentes, les entrego en ambas manos esta
libreta de matrimonio. "Mucha suerte".
- Besos, abrazos y más fotografías.
- Amancio, en un aparte, señalándome que
de verdad está muy urgido de tiempo, y que quien es esa
mina (la agraciada), que habría que planear algo para
charlar con ella, y que interceda para obtener él ese
chance, y que sigamos Martha, mi esposa, y yo, siendo un
ejemplo a imitar, y que para cuándo el primogénito, se
despide, asciende a un colectivo y otea. Ninguna engancha
con las miraditas, por lo que llega a destino virgen, sin
novedad.
- Soluciona engorros en el instituto y
conversa con una flaquita que no tenía computada, nueva
alumna de gimnacia rítmica.
- Amancio la acompaña a su casa, en
Boulogne. Ella guía con vivacidad el Ranault 18 de su
padre. Con vivacidad le trasmite que no posee registros,
pero sí elementos (salvoconductos) probatorios de que su
padre es un general de la nación.
- Anochece. Estaciona el auto a algunas
veredas de su casa. Calle arbolada.
- Al descender del Renault, Amancio con
disimulo acomoda su trajinado instrumental fuera del
slip. Con lo cual (y contra la carrocería del rodado)
después de besar con cautela a la flaquita, y
posteriormente con vehemencia, incrustándose en ella la
promueve para causas aún más conmovedoras. Ella se
justifica (aunque Amancio no ha verbalizado ninguna
proposición), explicitando motivos por los que no
podría prolongar su permanencia con él. Se citan para
el domingo en la confitería Caddie.
- Después de un par de trayectos en
colectivos, en uno de los que procura en vano simpatizar
con otra joven discurseándole que él es uruguayo, que,
"supongamos que soy uruguayo, supongamos por lo
tanto que requiero de un cicerone, supongamos que vos te
ofrecés para hacerme conocer esta gran metrópoli",
piensa: "Rígida la joven. Yo tan ocurrente, tan
suelto, y ésta, impavida, obtusa. Hoy no pasa nada en
los colectivos". Llega Amancio al edificio del
diario La Razón y ubica a Eva, con quien no ha estado en
dos meses. La extraña, ella no lo había vuelto a
llamar. Tenía ganas de ir al cine con ella, de cenar, y
de todo lo demás. Tal vez Eva estuviese disponible. Lo
recibe en su escritorio, y contentísima da por terminada
su labor. Va a un baño del piso y se propina una biaba
de maquillaje. En taxi se trasladan al restaurante Río
Rhin, en Almagro, a la vuelta de la casa de Eva.
Comparten el vistoso pollo "a la carroza real",
en un panqueque de banana, y ella toma un café. El cine
quedar para otro día. Ya en el departamento de Eva,
estilo jiposo, Amancio canta temas suyos (y míos)
mientras Eva lo graba. Con Amancio cantando desde el
casete, ambos juguetean a desvestir al otro. Eva ya en
bombacha, pide break para conectar el contestadr
telefónico y clocarse el diafragma. Concedido el
juicioso y responsable break se demoran en la
combinatoria de un categórico sesenta y nueve, hasta que
Eva interrumpe, saturada. Amancio, entonces, la penetra
con lentitud. Eva grita y araña clásicamente la espalda
de Amancio. Ya jueves catorce y una y cuarenta y cinco, a
Amancio le aguarda dormir enrscado con su querida Eva
hasta el amanecer. Y entonces regresar ser imperativo,
salir de allí, caminar, cielo y porteros que lavan las
veredas, y dormir otro rato en su propia cama, y la vida
sigue, y él sigue, mi amigo, argentino y varón,
compulsivo y equidistante.
- CURRICULUM
VITAE
-
- NOMBRES Y APELLIDOS: Rolando Revagliatti
- FECHA DE NACIMIENTO Y PROVINCIA: Buenos
Aires, 14.04.45
- ESTUDIOS REALIZADOS: Realización
cinematogr fica; formación actoral; Psicodrama
psicoanalítico; Psicoan lisis, ect.
- ACTUALMENTE QUE LABOR REALIZA: Psicoan
lisis y psicoterapia grupal.
- TIENE OBRAS PUBLICADAS O NO/ OTROS DATOS
DE INTERES:"Obras completas en verso hasta ac
", poesía (filofalsía, primera edición en Marzo
1988; segunda edición en Enero de 1990)."Las piezas
de un teatro", dramaturgia (Rundinuskin Editor,
noviembre 1991)"De mi mayor estigma (si mal no me
equivoco)": poesía (libros del Empedrado, Enero de
1993. Textos literarios de su autoría se han difundido
en publicaciones de los siguientes paises (Italia;
Bélgica; España; alemania; Francia; República
Dominicana; Uruguay; Venezuela; Brasil; Guatemala; Perú;
Estados Unidos; Paraguay; Colombia; México; Chile;
Puerto Rico y Argentina.
- DIRECCION PARTICULAR: Bogot 2466 - (1406)
Buenos Aires, República Argentina.
INDICE
COMPENDIO N°2
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